sáb. Dic 14th, 2024

Por Arturo Ramos (La Crónica de Hoy)

Es lunes, son las 8 de la mañana y en la conferencia matutina todo se vale. Andrés Manuel López Obrador se enfrenta a un tema de mera puntada, la rifa del avión presidencial que no logra vender. “Esto no es un gobierno de ocurrencias”, refuta a sus refutadores, y después suelta un rosario de frases que ya son costumbre: “no puede haber gobierno rico, con pueblo pobre”.

“¿Que estamos haciendo? Buscamos reparar el daño, que se recupere dinero que es del pueblo”, insiste. Habla de uno de sus potenciales compradores, que oferta 125 millones de dólares, le faltan seis para llegar al avalúo de la ONU. “Tiene que ser de acuerdo al avalúo; si no, qué van a decir los conservadores hipócritas”.

El avión estará en el aeropuerto de la Ciudad de México, en Toluca y en Santa Lucía, y plantea que a fin de enero se sabrá si hay rifa. “Tenemos que resolver a más tardar el 15 de febrero, por una u otra opción, porque si es la opción de la rifa, necesitamos un poco de tiempo para la preparación, la distribución de boletos, la organización.

“Quiero que vayan (los medios de comunicación) cuando esté aquí el avión y vamos a invitar también a la gente, así como hicimos en Los Pinos. ¿Para qué? Para que nunca jamás vuelvan a cometerse esas atrocidades. No queremos un México corrupto y pervertido, por funcionarios corruptos e insensatos”, señala.

Luego salta el tema de proyectos de reforma penal que, de aprobarse, llevaría a los derechos humanos a la oscuridad que vivió en el echeverrismo (policías reteniendo sin pruebas a los ciudadanos; intervenciones a la vida privada sin mayor acompañamiento de juzgados; flagrancia extendida, lo que sea necesario a efecto de investigar delitos; populismo punitivo con el alza de las sanciones, como si eso resolviera la incidencia de delitos). Para responder a eso, se recurre a lo que es un viejo hábito, también echeverrista: “Todavía no tenemos información sobre eso, voy a que me actualicen, pero no estamos nosotros interviniendo para limitar ninguna reforma o su aprobación. La iniciativa que nos importa que se apruebe es la de elevar a rango constitucional el derecho a la pensión de los adultos mayores, de los discapacitados y de los estudiantes”. El arte de que te pregunten sobre una propuesta punitiva retrógrada y respondas sobre el reparto de apoyos directos.

“No se va a retroceder en nada, nada, nada, se inventan muchas cosas y si hubiese una iniciativa en ese sentido…”, dice el Ejecutivo. Al final, por fin, asegura que no habrá retrocesos. Aparentemente, en verdad, no tiene idea de lo que el paquete de nueve reformas contiene.

Luego, aparece el tema de la marcha de los Lebarón y Javier Sicilia sobre seguridad pública. En este tema, el de los horrores de asesinatos y crímenes sin resolver o resueltos por encimita, el Presidente es claro: “Van a ser recibidos, pero no los voy a recibir yo, los va a recibir el gabinete de Seguridad, para no hacer un show, un espectáculo. No me gusta ese manejo…”.

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