A lo mejor no es una megalópolis tan conocida como Pekín o Shanghái, pero Wuhan, la ciudad china donde surgió el brote de un nuevo coronavirus, es una metrópolis con conexiones directas a múltiples partes del mundo. El virus, del que las autoridades chinas han confirmado más de 400 casos -si bien otras fuentes elevan esa cifra a más de 1,000-, se ha propagado ya a varios países, incluidos Tailandia, Corea del Sur, Japón y Estados Unidos. En Latinoamérica, por su parte, los gobiernos de México, Colombia y Brasil están analizando posibles casos, aún no confirmados. Las autoridades de Wuhan, capital de la provincia de Hubei, admitieron que se encuentran en una “etapa crítica” de prevención y control y están aconsejando a las personas evitar los viajes a la ciudad y a sus habitantes salir de ella.
Conocida coloquialmente en verano como la “Olla de China” por las altas temperaturas que se registran, es más grande que Washington D.C. y es la séptima ciudad más grande en el país asiático y la número 42 del mundo. La metrópoli es resultado de la unión de tres localidades -Wuchang, Hanyang y Hankou- y es conocida por ser el lugar donde comenzó la revolución que acabó con la China imperial, el levantamiento de Wuchang, ocurrido el 10 de octubre de 1911.