Ma. Renata Díaz Leal von Versen 

Parece ser que la fórmula para la inconformidad y el disgusto requiere de elementos como un asesinato a sangre fría y el amarillismo de los medios, de otro modo pareciera que no es merecedor de la debida atención. De los miles de feminicidios que se han cometido en México en los últimos años, solo suscitan a inquietud aquellos que fueron lo suficientemente interesantes como para que los medios pudieran explotarlos para consumo. 

La violencia contra la mujer se ha normalizado a tal nivel que se requiere de un evento que parece sacado de una película gore para llamar la atención de la ciudadanía y hacer cuestionar en lo mínimo a la población masculina en México. 

La normalización del machismo, la misoginia y la violencia solo nos llevara a un estado de mayor negligencia e impunidad por parte del Estado para hacer frente a la caótica realidad a la que nos enfrentamos el día de hoy. A Ingrid y al resto de miles de mujeres asesinadas no solo las ha matado el machismo institucionalizado, sino la ignorancia y la falta de empatía de todos nosotros. 

No minimicemos el resto de las expresiones de la violencia de género, no permitamos que nos quiten la capacidad de asombro, pues entonces nos volveremos sordos en un país que grita por justicia.