El rey Felipe VI de España renunció a la herencia que “personalmente le pudiera corresponder” de su padre, Juan Carlos I, así como a cualquier activo, inversión o estructura financiera cuyo origen pueda no estar en consonancia con la legalidad o con criterios de rectitud.
Este domingo, la Casa Real española publicó un comunicado en el que informa además de que Juan Carlos I, quien se convirtió en rey emérito tras abdicar en favor de su hijo, deja de percibir la asignación que tiene fijada en los presupuestos de la Casa de Su Majestad el Rey.
La Corona también informó que el rey emérito dejará de percibir la asignación presupuestaria de 194 mil 232 euros que recibe cada año.
El comunicado se difundió en respuesta a las informaciones publicadas este fin de semana en las que se asegura que Felipe VI es beneficiario de una sociedad “offshore” creada por el rey Juan Carlos I, vinculada a una donación de 65 millones de euros de Arabia Saudita.
De acuerdo a una investigación de la Fiscalía de Suiza, en la trama delictiva estaría involucrada la empresaria alemana Corinna Larsen y el monarca Abdulá de Arabia Saudita.
Según la justicia suiza, Juan Carlos I tiene, presuntamente, una cuenta en el banco suizo Mirabaud, con sede en el paraíso fiscal de las Bahamas, a nombre de una supuesta fundación, que en realidad sería una estructura ‘offshore’ para encubrirle. A esa cuenta habría llegado en 2008 una transferencia de 100 millones de dólares realizada por el rey de Arabia Saudita.
En la prensa española se ha especulado con dos hipótesis: una, que ese millonario regalo fuera para agradecer “el blanqueamiento” por parte del jefe de Estado español de un régimen dictatorial como el de Arabia Saudita (con quien siempre tuvo una estrecha relación), y dos, que en realidad ese dinero fuera la mordida por facilitar el megaproyecto del tren de alta velocidad AVE a la Meca.
Esta última línea es la que está siguiendo el fiscal suizo encargado del caso Yves Bertossa, según los medios de su país.