vie. Dic 13th, 2024

Por Rogelio Romero

Las economías industrializadas han comenzado a blindar su mercado interno, ante el deterioro del panorama internacional.

La pandemia del coronavirus ha trastornado la actividad financiera y productiva de los países más desarrollados del planeta.

Frenar la alta mortandad que ha provocado a nivel mundial, y encontrar una vacuna para contrarrestarlo son 2 prioridades inaplazables.

China, Rusia, Estados Unidos y Cuba realizan pruebas para tratar de encontrar una vacuna que ayude a controlar la pandemia.

Las advertencias de organismos financieros internacionales de que si el adverso panorama económico se alarga el problema, ya no va hacer la pandemia del Covid-19,m sino los peligros de una recesión económica en el mundo.

Francia y Estados Unidos fueron los primeros países en blindar su mercado interno, recurriendo a la aprobación de subsidios y exenciones temporales de pagos fiscales que tiene que realizar la población, así como el canalizar insumos y préstamos a  empresas o negocios que lo requieran.

En Estados Unidos el congreso analiza un paquete de medidas de protección económica y social que ha propuesto el presidente Donald Trump, y que podría ascender a los 80.5 billones de dólares, pero esto no resolvería el problema de deterioro de la economía familiar solo sería un paliativo temporal.

Si las condiciones de la economía estadounidense se deterioran más allá de la caída de acciones bursátiles de empresas en la bolsa de valores, si trastoca el sistema de productividad norteamericano obligando a las empresas y negocios a recortar personal de poca ayuda servirán estas medidas temporales.

Francia está preocupada por el cierre de sus fronteras al igual que el resto de Europa, el gobierno ha prouesto una serie de medidas internas con el fin de proteger la economía del  país pero al igual que Estados Unidos la mayoría son para posponer pagos o obligaciones fiscales que la sociedad tiene que realizar.

Los riesgos de perder o que se devalúe el patrimonio material es algo que no están dispuestos  a correr los países industrializados.

Hemos visto 2 caídas estrepitosas de los mercados bursátiles en los últimos 15 días, signo inequívoco de que algo no anda bien en la economía del mundo desde hace 2 años.

La pandemia de coronavirus vino a darle a la economía global ese desliz  hacia donde ningún país o experto financiero, quiere que vayan los mercados internacionales.

El encarecimiento de las monedas internacionales más importantes  significa para las economías emergentes, un claro signo de devaluación de sus divisas.

La mayoría de los países emergentes no tienen los fondos suficientes en sus arcas para resistir una crisis económica de largo plazo, tendrían que recurrir a acuerdos de apoyo financiero con el FMI como está sucediendo en estos momentos con países como Ecuador, Nigeria o  el mismo Irán, que a pesar de ser un productor y exportador de petróleo al igual que los primeros dos, se ha visto forzado a solicitar un préstamo de 5 mil millones de dólares, para enfrentar la crisis  provocada por el coronavirus.

La mayoría de las naciones no industrializadas tienen compromisos de largo plazo con empresas trasnacionales para que exploten sus recursos naturales, así como acuerdos con instituciones financieras internacionales, para desarrollar su mercado interno o destinar los préstamos  a programas que en realidad son un paliativo, y no una solución de fondo a los macro problemas de un país.

MEXICO

¿Suena familiar este panorama? Si muy similar a la forma en que los gobiernos priistas y panistas manejaban la economía mexicana en el pasado.

El impulso del capital especulativo, la falta de reglas claras para invertir, un marco jurídico legal que garantice que los recursos de inversión son de dinero bien habido y una depuración real de estrategias contra sobornos o colusión entre políticos y empresas trasnacionales, que operan siempre y en cuando se garantiza la flexibilidad fiscal.

Todo lo que se ha propuesto combatir la actual administración de Andrés Manuel López Obrador, difícil pero no imposible.

La actual situación de deterioro económico significa para México en el largo plazo una afectación importante de su mercado interno, no se puede estar inyectando capital a cada rato a la bolsa de valores para rascarla de una caída estrepitosa.

Los temores de una recesión económica afectarían por igual al país como a cualquier otra nación, obligaría a las empresas, negocios y sector industrial a reducir sus nóminas de trabajo.

Las actuales autoridades fiscales están haciendo todo lo posible por evitar mayores caídas de la ya contraída economía mexicana, nadie quiere revivir el deplorable panorama económico que se dio en 1995, cuando el país entró en una crisis económica provocada por la fuga de capitales.

Nada retiene a los inversionistas extranjeros en un país si ven que las condiciones de la economía se deterioran, la mayoría del capital de inversión en el mundo es especulativo, actúa de acuerdo a sus intereses o la flexibilidad que existe para invertir.

México no es la excepción por mas discursos políticos de positivismo, los mercados internacionales son inmunes a los planteamientos  políticos de derecha o izquierda.

El presidente Obrador afirmó hace 2 semanas en su habitual conferencia diaria, que México tenía recursos suficientes para enfrentar la problemática del coronavirus, y que si se le había hecho un ofrecimiento al gobierno mexicano, por parte del FMI de alrededor de 8 mil millones de dólares, para enfrentar contingencias, a lo que el mandatario respondió que no era necesario.

Pero existen otros factores de riesgo internacional que afectarían al país entre ellos, el futuro de la economía de su vecino al norte, la problemática con la alta banda de flotación de la divisa mexicana frente al dólar, que ha  rebasado en los últimos días los 23 pesos por unidad.

La contracción de la encomia, es decir, si existen proyectos de inversión pero no parecen suficientes para garantizar por completo el fortalecimiento del mercado interno.

Existen 2 variantes que observan los expertos en temas financieros ante esta situación económica:

 Primero el control de la pandemia a nivel mundial, por medio de encontrar  una vacuna, lo que retornaría la confianza a los mercados bursátiles internacionales.

O seguir el camino del pánico que ha generado que el capital especulativo desestabilice los mercados más importantes, y condiciona la actividad económica global.

Si la estimación de crecimiento económico mundial establecida por el FMI para 2020 era del 2.5 por ciento esto podría cambiar y reducir más la posibilidad, si esta situación continúa deteriorándose.

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