Por Salvador Hernández LANDEROS
Con que poca sensibilidad y faltos de vergüenza se vieron los alcaldes de
Apodaca y Escobedo, César Garza Villarreal y Clara Luz Flores Carrales.
A quién le quisieron ver la cara este par de desvergonzados, al ofrecer su sueldo
de dos meses para apoyar a víctimas del Covid-19 en sus municipios.
Están peor que Cristina Díaz, alcaldesa de Guadalupe, quien “ofreció gel
gratis” a los habitantes de ese municipio. Cómo si ella los pagara de su bolsa.
Pero, qué pena con César y Clara Luz. En verdad creen que están haciendo una
labor muy altruista. Eso es una dádiva. El dinero del pueblo es del pueblo.
Ellos donarían dos meses su salario. Qué ignorantes de lo que está ocurriendo
con el Covid-19. Está contingencia podría extenderse aún tres meses más,
Según César gana 101 mil pesos mensuales y Clara Luz casi 73 mil pesos. Él
lo donará al programa “Contigo” y, ella, a un Consejo que tenga credibilidad.
Tanto César como Clara Luz, no requieren del sueldo. No gastan en gasolina,
chofer, seguridad y ni comida para la familia. Todo lo paga el erario.
Tampoco tienen necesidad de un sueldo. Toda su vida la han “sacrificado” al
servicio de sus pueblos y de sus ciudadanos. Se han empachado.
César va a invitar a “su sacrificio” a secretarios, directores y coordinadores para
que apadrinen a una familia. Como quien dice, será “de a chaleco”.
Y también, pedirá un día de salario a dueños de empresas, parques industriales,
desarrolladores de vivienda y sindicatos independientes.
Tal vez “con su ejemplo” quiere despertar conciencias, pero el sueldo que él
recibe, ellos se lo pagan. Y eso, en política, se llama “mamar y dar tope”.
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