Por Rogelio Romero
Parece que es imposible hacer a un lado la lucha por el poder político de la nación, cuando la prioridad debería ser, atender la crisis de salud que ha causado la pandemia del coronavirus en todo Estados Unidos.
Las agrias críticas lanzadas en un programa televisivo el pasado domingo, por parte de la líder de la mayoría demócrata en el cámara de representantes Nancy Pelosi, argumentando que la administración del presidente Donald Trump, inició tarde la respuesta para enfrentar el coronavirus, es muestra de que todo se vale en estos momentos.
Pelosi despotrico todo lo que tenía que decir sobre la respuesta tardía del gobierno, y como esto, trajo por consecuencia la alta mortandad que padece el país, debido al virus respiratorio.
Van más de 2000 muertes en toda la nación, las proyecciones de autoridades de salud es que seguirán aumentando mientras no se encuentre una vacuna.
El presidente Trump tuvo que retractarse de lo que dijo hace días de que esperaba que muchas personas volvieran a sus trabajos para mediados de abril, no le quedó otra más que aceptar la realidad, la pandemia no cede y las autoridades de salud han señalado que viene lo más difícil en las próximas semanas.
Los intereses de la elite política en Washington fueron rebasados por una emergencia de salud nacional que tomo por sorpresa a todos, nadie dicta el tiempo que prevalece una pandemia más que los datos científicos reales y el seguimiento que la ciencia da al problema.
No son tiempos para críticas y posiciones políticas sobre quien tuvo la culpa, lo que le importa al estadounidense común en estos momentos. es como se va a controlar la pandemia y por cuanto tiempo afectara su economía familiar.
El espectro de una recesión económica se cierne sobre el país a pesar de las medidas de ayuda autorizadas por la actual administración, un individuo sin trabajo en esta nación y bajo fuertes presiones de gastos personales o familiares, tarde o temprano engrosara a las filas de los más de 50 millones de personas que tienen alrededor de una década viviendo en extrema pobreza.
Si la pandemia se extiende hasta junio el tiempo será el principal enemigo de los pequeños y medianos comercios que son el pilar de la economía estadounidense.
Ni Pelosi o Trump tienen la razón, sus posiciones son viscerales y marcadas por los tiempos políticos de sucesión presidencial que se viven, la sociedad estadounidense no está en estos momentos para soportar luchas intestinas entre ambos bandos, deberían aprender del buen trabajo de los gobernadores que sin importar el partido al que pertenecen, están haciendo todo lo posible para enfrentar la pandemia en sus respectivos estados.