sáb. Dic 14th, 2024


  • Ofrece rehabilitación con apoyo del Centro de Integración Juvenil y el Centro de Atención de Prevención a las Adicciones
  • Quienes dejan el cigarro mejoran la circulación y la función pulmonar entre la segunda y doceava semana

En el marco del Día Mundial sin Tabaco, a celebrarse el 31 de mayo, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) llama a la población a adoptar estilos de vida saludables y dejar los malos hábitos, como el de fumar.

Para contribuir con este mensaje y dar seguimiento a los derechohabientes que desean abandonar el consumo de tabaco, el IMSS en Nuevo León brinda rehabilitación con apoyo del área médica, quien detecta y deriva a los pacientes de todas las edades con problemas de adicción a este producto para iniciar un tratamiento en el Centro de Integración Juvenil (CIJ) o en el Centro de Atención de Prevención a las Adicciones (CAPA) de manera gratuita.

La supervisora delegacional de Trabajo Social, Olga Leticia Zamarripa Pérez, afirmó que se trabaja de manera permanente en las acciones preventivas de promoción y difusión, tanto de manera individual como grupal.

Por su parte, el director médico de la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE) No. 34, Guillermo Sahagún Sánchez, advirtió que el tabaquismo es un factor de alto riesgo para desarrollar complicaciones médicas, sobre todo ante la presencia de COVID-19, por lo que eliminar el consumo del cigarro es una decisión que ofrece múltiples beneficios.

Agregó que hay estudios que demuestran que a los 20 minutos de dejar de fumar se reducen la tensión arterial y la frecuencia cardíaca elevadas; a las 12 horas, el nivel de monóxido de carbono en el torrente sanguíneo vuelve a la normalidad; entre la segunda y doceava semana, mejoran la circulación y la función pulmonar; y del primero al noveno mes, se reducen la tos y la disnea.


Saúl Quintero Hernández es un claro testimonio de lo anterior. Él inició como fumador desde los 19 años de edad y durante 13 años fue adicto al cigarro: “para sentirme en ambiente con mis amigos; fumaba cuatro cajetillas diarias y después entendí que era un mal hábito que dañaría mi salud”.

Hasta que un día tomó la determinación: “dejé la cajetilla de cigarros en mi buró y estuvo ahí seis meses, hasta que un buen día la tiré en el bote de la basura. La fuerza de voluntad es más fuerte que el vicio”.

Esa buena decisión le cambió la vida, pues ahora él es el ejemplo que pone su esposa de fuerza de voluntad ante otras personas y eso lo hace sentir bien, comentó.

“Ahora tengo mejor rendimiento laboral, respiro mejor, convivo mejor con la familia, tengo mejor aceptación social, pero sobre todo, tengo buena salud. Desde que dejé de fumar sentí que mis pulmones se limpiaron”, aseguró.

Saúl sabe que si no hubiera dejado de fumar, en estos momentos de emergencia sanitaria por COVID-19 estaría dentro de un grupo de alto riesgo.

Por Admin

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