Por Salvador Hernández LANDEROS
La pandemia del Covid-19 en nuestro País, que se inició en China a finales del 2019, nos alertó y cambió a partir del 27 de febrero del presente año.
El padecimiento “nos agarró con los dedos en la puerta”. Con una añeja e insuficiente infraestructura de salud para enfrentarlo.
Esta nueva enfermedad infecciosa nos cambió la vida. Lo que viene será nuevo. Así nos lo anuncian y muchos irán a nuevas actividades.
La serie de medidas para prevenir y controlar los contagios en el país, se irán abriendo paulatinamente para regresar y hacer la nueva vida.
Para el presidente Andrés Manuel será “una nueva normalidad”, mientras que el gobernador Rodríguez Calderón, la llama “una nueva realidad”
La normalidad de AMLO es la cualidad de lo que se ajusta a cierta norma o característica habitual. Lo que es común, usual o frecuente.
En cambio, la realidad de “El Bronco” es lo que existe, lo verdadero y efectivo de algo que hay que afrontarlo como es, o que se nos presenta.
Así será la nueva oferta política y el nuevo lenguaje de quienes nos gobiernan. Ya no serán las acciones sino las nuevas frases con las que gobernarán.
En todo el planeta ya se habla de que vivimos en “un nuevo orden mundial social y económico”. Y de nuevo lo pintan aterrador y sin crecimiento.
Entre los políticos viene una nueva clase. Nuevas estrategias, nuevas campañas. Nuevas promesas y, en un descuido, hasta las mañas serán nuevas.
No sabemos cómo será la nueva sociedad. Las nuevas normas de la educación y la ética. En fin, como en el pasado, “Jarrito nuevo, dónde te pondré”.