La madrugada de este sábado el exdirector general de Petróleos Mexicanos (Pemex), Emilio Lozoya , fue dado de alta y salió del Hospital Ángeles del Pedregal de la Ciudad de México, donde estuvo internado por dos semanas.
Tras su extradición a México desde España, el exfuncionario del gobierno del expresidente Enrique Peña Nieto era atendido por una anemia y Síndrome de Barret en ese centro de salud, desde donde compareció ante un juez federal y fue vinculado a proceso por los casos Agronitrogenados y Odebrecht.
Lozoya enfrentará los dos procesos que se le iniciaron por asociación delictuosa, cohecho y lavado de dinero en libertad pero deberá usar un brazalete electrónico y presentarse a firmar los días 1 y 15 de cada mes en el Centro de Justicia Penal Federal del Reclusorio Norte
Emilio Lozoya, director de Pemex entre 2012 y 2016 con el Gobierno de Enrique Peña Nieto, fue detenido en febrero en Málaga (sur de España) después de que en mayo de 2019 fuera puesto en busca y captura internacional por su presunta implicación en la trama de sobornos de Odebrecht, a la que luego se añadieron nuevas denuncias.
En la audiencia del miércoles, la Fiscalía acusó al exfuncionario por haber recibido 10.5 millones de dólares de la trama de sobornos que la constructora brasileña Odebrecht tejió en América Latina a cambio de obras públicas.
De acuerdo con este relato, recibió cuatro millones de dólares en 2012, cuando Lozoya era coordinador de campaña de Peña Nieto, y prometió al entonces director de Odebrecht en México, Luis Alberto de Meneses, un cargo en el futuro gobierno.
El resto de sobornos los recibió ya como director de Pemex a cambio de obras públicas en los estados de Hidalgo, Tamaulipas y Veracruz.
Para esconder su identidad en la trama se asoció con su madre, su esposa y hermana.
Lozoya negó estas acusaciones, dijo haber sido “intimidado, presionado, influenciado e instrumentalizado” y reiteró su “compromiso de colaborar con las autoridades del Estado mexicano”.