mié. Dic 18th, 2024


Por Salvador Hernández LANDEROS

Vueltas que da la vida. Hace dos años andaba amparada para evitar la orden de aprehensión en su contra. Hoy preside el Honorable Congreso de NL.

En otros tiempos, la oportunidad de María Guadalupe Rodríguez para llegar a esa presidencia, hubiera sido una, entre 100 millones de posibilidades.

Pero en la actualidad todo es posible. Y más, si se trata de la esposa de Alberto Anaya, dueño del PT, un influyente asesor del presidente Andrés Manuel.

Ni idea del cómo irá a ser el trabajo de la señora Anaya. Es sabido su carácter áspero con su propia gente, nada sensible a la negociación y el tejido fino.

Claro que mucho le va ayudar el contar con el apoyo del Azael Sepúlveda, diputado también, con más oficio político y trato que la “señora presidenta”.

Azael es cerebro político del Partido del Trabajo en el Congreso local. Es quien trabaja, mientras Rodríguez de Anaya, piensa en el negocio de los CENDIS.

Con el tiempo, él puede ser el sucesor de Beto Anaya, pero su misión ahora será dar la cara y limpiar los errores políticos que pueda cometer su patrona.

Llama la atención, que no haya una voz con calidad moral entre los integrantes de la actual Legislatura para evitar esa nada honrosa democracia.

Por el lado del PRI no hay quien tenga “la cola corta” para hacerlo. Ni Cienfuegos, ni Álvaro, fieles a Medina y, menos, Zeferino Juárez Mata.

Ellos optaron por lamer posibles heridas de Nati, impulsando a su sobrina como Vice presidenta, diputada pluri, sin oficio ni experiencia legislativa. 

Del PAN ni que decir, ni candidato tiene para contender por la gubernatura. Y del MC, si no es Samuel, Colosio o Basave, no ceden espacio a nadie.

chavalolanderos@yahoo.com.mx.

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