Por Salvador Hernández LANDEROS
“Tengo orgullo de ser del Norte del mero San Luisito porque ahí es Monterrey”
Este domingo, 20 de septiembre, oficialmente se festejará, como ha sido la tradición, el Aniversario 424 de la Fundación de la Ciudad de Monterrey.
Sin embargo, está celebración, pudiera ser el parteaguas para terminar con una historia imaginaria que durante muchos años ha alterado la realidad.
Desde hace varios años se ha cuestionado la Fundación de Monterrey. Así como también el mito de su fundador, el español Diego de Montemayor.
Hace un año, el periódico El Norte publicó la tesis de historiadores que sostienen que Monterrey se pobló, no se fundó, en el año 1582 y no en 1596.
De acuerdo con el historiador Carlos González Rodríguez, en 1579, Luis Carvajal y de la Cueva, fue autorizado para poblar este territorio.
El territorio tenía una extensión de 200 leguas de ancho y largo, el cual abarcaría desde Tamaulipas a Nayarit y Sinaloa y parte de Texas.
Se denominó Nuevo Reyno de León y Felipe II lo designó primer gobernador y pobló en 1582 la Villa de San Luis cerca de los Ojos de Agua de Santa Lucía.
El portugués Carvajal y de la Cueva se hacía acompañar de Gaspar Castaño de Souza y de su confianza Diego de Montemayor, a quien designó Tesorero.
El primer gobernador fue reconcentrado, cayó en desgracia acusado de herejía. Su hombre de confianza, fue enviado a despoblar por orden del Virrey.
En resumidas cuentas, Monterrey no se fundó porque no hay un acta real. Y lo que hizo Diego de Montemayor fue repoblar, no fundar a base de traición.
Por orgullo regio y el futuro, la autoridad debe convocar a historiadores para aclarar, cuándo y quién, pobló y fundó Monterrey y el Nuevo Reyno de León.