Por el padre José Manuel Guerrero Noyola
Amigos, pienso que nos parecemos mucho a los personajes de la parábola que narra Mateo 21,28-32; porque muchas veces hemos dicho que “No” al llamado que JESUS nos hace, pero hemos recapacitado y hemos ido a la misión a donde dijimos que no queríamos ir.
Estos son tiempos para seguir haciendo compromisos pastorales, a pesar de nuestras debilidades. Son tiempos para seguir caminando de su mano, superando nuestras incongruencias. Son tiempos para reflexionar en las respuestas que le hemos dado a JESUS y en la fidelidad a esas respuestas.
Qué bueno sería si como Iglesias le dijéramos que “SI”, a favor del medio ambiente, del servicio a los pobres, del perdón seguido, oponiéndonos al racismo, luchando por los que no tienen voz, compartiendo nuestros dones, abrazando la diversidad, amando a Dios y disfrutando la vida.
O bien, decirle “SI” a JESUS, construyendo la esperanza, la verdad y la justicia. Repetir un “SI” sostenido a la paz en estos tiempos violentos. Decir “SI” a la espiritualidad, que nos mueva a orar y a vivir alegres. Pero principalmente, decir “SI” al Amor que se desprende del Evangelio.
Hoy muchos decimos que estamos comprometidos en el servicio al Señor, pero nuestra forma egoísta de vivir muestra otra cosa; tanto así, que aquellos a quienes juzgamos como indignos de seguirlo, se nos han adelantado en el servicio. Muchos nos decimos hombres y mujeres de fe, pero en el fondo tenemos mucho miedo y nos hemos encerrado en sí mismos.
Menospreciamos fácilmente, el llamado a evangelizar que nos está haciendo el Papa Francisco, pero obedecemos ciegamente los llamados que nos hacen “gente sin escrúpulos”. Algunos cristianos somos como las “casitas de campaña” puestas en el zócalo capitalino, que son bonitas por fuera, pero vacías por dentro.
Recordemos que para San Pablo, “los cristianos no se pueden examinar únicamente a la luz de criterios piadosos, sino a la luz de la práctica de Jesús que actuó siempre en el mundo con entrañas de misericordia”.
Por eso, me parece que en este texto del Evangelio, JESUS nos vuelve a llamar a una verdadera conversión, por medio de la cual, podamos asumir un profundo compromiso con Dios y con su pueblo.
Soy el Padre Guerrero y esta es mi humilde opinión.
Padre Guerrero , muy sabía su Reflexión sobre el Evangelio. Cada día pido al Señor me de Fortaleza para ser mejor en su seguimiento, me tomé de su Santa Mano me perdone cuando le ofendo, y me ilumine.
Padre Chema siempre fiel a la causa, entregado, fiel con propios y extranjeros Eres un ejemplo de misericordia, no me lo contaron, yo lo he visto. Fraternal saludo
Sirena Sanchez