Por Rogelio Romero.
Las reuniones de precandidatos a la gubernatura de Nuevo León y el discurso de que “solo un gran pacto político puede rescatar al estado” no son solo más que el reflejo y preocupación de perder las posiciones de poder que se han mantenido durante décadas.
En el 2021 estarán en juego a lo largo del país 15 gubernaturas, las encuestas nacionales siguen poniendo a MORENA como el partido a la cabeza en la mayoría de las entidades.
En Nuevo León el PRI, PAN y Movimiento Ciudadano perfilan el mismo discurso político; Tratar de impedir que un candidato o candidata con perfil altamente popular entre la sociedad civil y abanderado por la izquierda democrática llegue al poder.
Las tres entidades políticas saben bien que si alguna personalidad con tal arrase electoral contiende y gana acabara con componendas, destapara la cloaca de corrupción que existe además de poner orden en las finanzas estatales.
Que tanto afectaría al binomio PRI-PAN perder la elecciones a la gubernatura en el 2021, dejaría entrever la debilidad política de ambos partidos, así como reafirmaría el pensamiento de miles de electores que les dieron la espalda cuando eligieron por la vía independiente a Jaime Rodríguez pensando que con el mejorarían las cosas, lo que en realidad resulto un fiasco.
Todos se mueven en la foto, se reúnen dialogan, trazan planes para cuando llegue el tiempo electoral pero no será lo mismo, ya quedo demostrado que el voto clientelar no es garantía para la derecha neolonesa de ganar una elección.
Las alternativas políticas están abiertas y los electores tradicionales tal vez sigan pensando que el PRI y PAN en algunos municipios continúan siendo su mejor opción, pero no para los jóvenes.
El electorado joven no comparte la visión tradicional de la política neolonesa, detesta la corrupción, la manipulación política y más la imposición de candidatos.
Estamos ante un fenómeno político que ya se vivió en el 2018 y funcionó porque llevó al entonces candidato Anadres Manuel López Obrador a la presidencia del país, el peso político de AMLO será determinante para quien contienda por la izquierda y las alianzas que se establezcan con el mismo grupo de partidos que se movilizaran para fortalecer la candidatura al gobierno estatal.