Por Rogelio Romero
El primer debate presidencial entre Donald Trump y Joe Biden causó desagrado entre la sociedad estadounidense, más bien parecía una pelea callejera por los constantes ataques personales e interrupciones en las que incurrió el actual presidente republicano, la estrategia de golpear políticamente a su oponente fracaso.
Biden a pesar de las provocaciones y bravuconadas de su oponente tuvo 3 momentos importantes en los que se dirigió a los electores del país llamándolos a votar, superar el divisionismo político y fortalecer el bienestar social y económico de los grupos más vulnerables y afectados por la pandemia.
El discurso incendiario, provocador y panfletario de Trump no surtió el mismo efecto que tuvo en el 2016, los electores sintonizaron la transición del debate para escuchar propuestas sobre como ambos candidatos piensan resolver los problemas nacionales no para escuchar ataques personales.
Trump sacó a colación los presuntos negocios que el hijo de Joe Biden realizó en Rusia y Ucrania lo que el demócrata desmintió llamándolo mentiroso, payaso y “marioneta de Vladimir Putin”.
Las agresiones personales e interrupciones por parte de Trump eran constantes sobre el demócrata que trababa de explicar su plataforma política, la discusión entre ambos se salió de control por momentos ya que el mismo moderador no podía frenarla.
El presidente no planteo nada nuevo en su discurso más que insistir en que la economía se recuperara en el corto plazo, que se contará con una vacuna contra el coronavirus lo más pronto posible, que la votación por correo en muchos estados corre el “riesgo” de padecer un fraude electoral.
Sus puntos dediles fueron exhibidos por Biden, entre ellos la pérdida de credibilidad entre los sectores de población más afectados por sus políticas, el mal manejo de la pandemia y el discurso autoritario que ha llevado a esta administración a dividir a la sociedad que padece una ola de violencia racial.
El debate se convirtió en un circo político donde la discusión crítica no fue posible, se desperdició una oportunidad importante para plantear las plataformas políticas de ambos candidatos.
En este tiempo de pandemia, violencia racial, crisis económica, descontento popular y divisionismo político los electores estadounidenses quieren escuchar soluciones no agresiones y ataques personales.
Sí, totalmente un circo político. Para mí no hay a quién irle, pocas propuestas , poco apoyo al pueblo, poca acción real.
Dos opciones poco profesionales para que vayan a votar. Me pregunto Qué sentido tiene?
Buena nota…