Por Salvador Hernández LANDEROS
Algunos proveedores de la Sección 50 de maestros en NL, ya no hallan qué puerta tocar para que les paguen sus facturas sin el consabido moche.
Desde hace siete meses, desde que empezó la pandemia por el Covid-19, hay varias facturas que “duermen el sueño de los justos” en un cajón especial.
Se quejan esos proveedores que para pagarles sus facturas tienen que aportar, cuando menos, un mínimo del 20% del total del valor del documento.
Han tocado las puertas del gobernador, del secretario general de gobierno y la tesorería, donde sólo les han recomendado “que ya no les den crédito”.
Un proveedor, a quien no le pidieron el 20%, sino el 30%, frustrado dice que el gobernador le dijo: “Ya no les fíen, les entregamos el dinero y se lo roban”.
El descarado moche, dicen, se los exigen por instrucciones de la tesorera, Virginia Cortés, con el riesgo de que les paguen su factura en partes.
La inconformidad hacia el interior del SNTE, delegación NL, es creciente, luego de un grave problema de salud del dirigente José Luis López Rosas.
Desesperados, los proveedores han indagado que Virginia Cortés, llegó al cargo como posición del exlíder, Guadalupe Castillo, procesado por fraude.
Pero la corrupción no sólo es hacia el exterior, también al interior y los maestros pensionados están inconformes y preparan denuncias ante la COTAI.
Estos aseguran que, con López Rosas, ya agotaron las instancias por violentar su derecho a la salud, con fraudulentos negocios en los servicios médicos.
Están de por medio $82 millones que, en agosto de este año, el Isssteleón envió a la Sección 50 sin convenio alguno, desviando los recursos. ¡gulp!