Por Salvador Hernández LANDEROS
Lo menos que debe hacer la alcaldesa Cristina Díaz Salazar, es pagar un desplegado en El Norte y en ese espacio, pedir perdón a los guadalupenses.
Lo más honesto es reconocer que cometió un error al integrar en su equipo al nayarita, Héctor Manuel Montero Rodríguez, procesado por peculado.
La alcaldesa está obligada moralmente con sus ciudadanos y debe aclarar en forma transparente y convincente, el por qué contrató a ese funcionario.
Los guadalupenses, con su voto, le reiteraron su confianza. Ya había sido su
alcaldesa. Ella, en forma discreta, aspiraba a contender por la gubernatura.
Montero Rodríguez, procesado en Nayarit por anomalías por 79 millones de pesos, estaba en la nómina municipal como director de Obras Públicas.
Este “descubrimiento” del periódico El Norte, la obliga a una posición de alerta permanente. Lo publicado fue un calambre de lo que podría venir.
En el medio político ya se habla de que la alcaldesa aún no ha aprendido, pese a que “tiene muchos años de ser princesa y no supo mover el abanico”.
Cómo explicarle a sus gobernados que, entre miles y miles de ciudadanos, no haya encontrado uno con conocimientos para designarlo en ese cargo.
También, cómo explicarles el compromiso adquirido con el exgobernador de Nayarit, Roberto Sandoval, para dar cobijo en su equipo a Montero Rodríguez.
Alfonso Martínez Domínguez, con muchos compromisos a nivel nacional, cuando vino a gobernar, no trajo a ninguno y designó a personajes locales.
“Palo dado ni Dios lo quita”. Cristina debe dar la cara, no esconderse ni aclarar en boletines. Tiene tablas y conocidos para saber “quien le puso el dedo”.