La jueza conservadora Amy Coney Barrett, nominada por el presidente estadounidense, Donald Trump, para el Supremo, abogará por un tribunal “independiente” durante las audiencias para su confirmación ante el Senado.
Según una copia de su discurso de apertura, difundido este domingo por medios locales, Barrett destacará que pese a haber sido nominada para asumir el puesto de la fallecida Ruth Bader Ginsburg, “nadie jamás ocupará” el lugar de la jueza progresista.
La nominada por Trump, que es madre de siete niños, uno de ellos con síndrome de Down y dos adoptados en Haití, defenderá en su intervención del lunes, cuando comenzarán las audiencias para su confirmación, su decisión de no dejar que su carrera legal definiera su identidad y su vida en general, la cual comparará con la función de los tribunales.
“Un principio similar se aplica al papel de los tribunales. Los tribunales tienen la responsabilidad de cumplir el Estado de derecho, que es fundamental para una sociedad libre, pero los tribunales no están diseñados para resolver todos los problemas o corregir todos los errores de nuestra vida pública”, afirma en su presentación.
A juicio de Barrett, “las decisiones de política y los juicios de valor del Gobierno deben ser hechos por los poderes elegidos por el Pueblo y responsables ante él”.
“El público no debe esperar que los tribunales lo hagan y los tribunales no deben intentarlo”, agrega.
Barret, quien destaca que de ser confirmada será la primera madre de niños en edad escolar que servirá en el máximo tribunal o el primer juez del Tribunal de Apelaciones del Séptimo Circuito que llega a esa instancia en 45 años, afirma que cree en el poder de la oración y promete cumplir “fiel e imparcialmente” sus deberes.