mié. Dic 18th, 2024

Daniela Montalvo Herrera

En tiempos actuales hemos sido testigos de diversas expresiones feministas, todas reclamando libertad, equidad e incluso justicia; utilizando métodos que para algunos pueden resultar cuestionables, las mujeres hemos logrado abrir puertas que en pleno siglo XXI, habían permanecido cerradas. 

Hoy queremos reconocer el trabajo, la entereza y la voluntad de María Guadalupe Oviedo, de origen Mazahua y radicada en el Estado de México, pues ha luchado toda su vida para que su voz sea escuchada, voz que utiliza para construir un mejor futuro para su olvidada comunidad. 

¿Quiénes son los mazahuas?

Comunidad indígena, asentada principalmente en el Estado de México y Michoacán, tienen su propia lengua, costumbres y tradiciones que han sobrevivido a través del tiempo, constituyen una de las comunidades con mayor Índice de Marginación del Estado de México, y tienen como fuentes de ingresos la siembra de maíz, elaboración de artesanías y algunas actividades del sector manufacturero, de construcción y de servicios.

Quienes pertenecemos a los llamados “grupos vulnerables”, sabemos lo difícil que determinadas situaciones resultan, mientras para algunos ir a la escuela es un triunfo logrado, para otros es un derecho que aún no han conquistado; y en esta última circunstancia se encuentran los niños mazahuas. 

Lupita, como es conocida entre los suyos, se ha convertido en Jefa Suprema de su comunidad, en una ceremonia en la que recibió el “Bastón de Mando”, cuyo significado emblemático representa la labor que ella debe realizar a partir de su recepción. 

¿Qué es el Bastón de Mando y porque es tan importante?

Con fundamento en el artículo 2 de la Constitución Política de México, que refiere la libre determinación de los pueblos indígenas, las comunidades se organizan en una sesión simbólica y de alto respeto, entregan el “Bastón de Mando” a quien habrá de fungir como su representante, es decir, simboliza una investidura para quien fungirá como el líder moral y político de la comunidad. 

Dicho lo anterior, la ceremonia de Lupita constituyó un parte aguas en la organización de las comunidades indígenas, nunca antes este “Bastón de Mando” había sido entregado en las manos de una mujer. 

Quienes han tenido la oportunidad de convivir con algún Mazahua, habrán podido comprobar la riqueza cultural que su comunidad posee, desde su colorida vestimenta, su riquísima gastronomía, pero quizá lo más importante es el respeto que le profesan no solo a los miembros de su comunidad, sino a todos por igual. 

Lupita tiene un gran reto por delante, debe utilizar su “Bastón de Mando” para tocar muchas puertas, para llegar a donde nadie más lo ha hecho, todo con el firme objetivo de mejorar la calidad de vida de su comunidad. 

Los Mazahuas son una parte de México, celebremos el empoderamiento de la mujer, celebremos la libre determinación de nuestros hermanos indígenas. 

Un país tan diverso y multicultural como México, para una vida resulta sin fin. 

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