Por Rogelio Romero
La investigación federal que se sigue en Estados Unidos contra el general Salvador Cienfuegos Zepeda se remonta a diez años de presunta actividad ilícita como mando militar en México con el crimen organizado.
La intercepción de llamadas, los mensajes codificados sobre protección a narcotraficantes en el sureste mexicano así como una presunta red de sobornos para permitirles operar con la complicidad de otros mandos militares subalternos, son parte de un expediente criminal que será desahogado en la Corte federal del distrito este de Nueva York cuando el ahora detenido sea presentado.
La comparecencia del próximo martes 20 de octubre es un mero trámite para que el magistrado que da seguimiento al caso en California fije la fecha de traslado a la metrópoli neoyorkina, donde el militar mexicano será juzgado.
Medios mexicanos hablan de una investigación más profunda por parte de las autoridades judiciales estadounidenses que presuntamente involucraría a por lo menos a diez mandos militares más, relacionados con la indagatoria del general Cienfuegos.
El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador señaló el fin de semana que no tenía indicios de que el ex secretario de la Sedena, estuviera presuntamente involucrado en actividades ilícitas relacionadas al narcotráfico.
La operación es completamente de la DEA, siempre lo ha sido, pero también manda un mensaje muy claro en el sentido de que a pesar de que existe una mayor cooperación de inteligencia entre los gobiernos de México y Estados Unidos, no es lo suficientemente madura para que se revelen este tipo de operaciones antinarcóticos.
El principal escollo siguen siendo la existencia de mandos militares corruptos que el gobierno obradorista tiene que identificar donde operan y con qué organizaciones criminales se entienden.
Es posible que veamos en los próximas semanas por parte del gobierno mexicano, algunas remociones de mandos militares intermedios vinculados y relacionados al general Cienfuegos.
Pero como siempre sucede, los casos de corrupción fuerte que atañen a México se castigan siempre en Estados Unidos, tienen que ser las agencias de inteligencia norteamericanas las que desmantelan y persigan a los políticos, narcotraficantes y ahora militares que los cometieron.
Cienfuegos es el militar mexicano de más alto rango vinculado al narcotráfico, su proceso judicial será largo y destapara una serie de acciones de corrupción que se cometieron en el sexenio del último presidente surgido del PRI, Enrique Peña Nieto.
La línea de investigación apunta hacia otros ex militares vinculados al narcotráfico y políticos medianos que protegían a grupos criminales, se ve muy difícil que el proceso judicial contra el general Cienfuegos llegue hasta la élite política que gobernó el país del 2012 al 2018.