Por Rogelio Romero
Dallas, Texas.- Los Vaqueros de Dallas están ante su última llamada para enderezar el camino dentro de la actual campaña de futbol americano, cuando enfrenten este domingo a las Águilas de Filadelfia, en acción de la jornada 8 de la NFL.
Sería una victoria moral importante para Dallas (2-5) si logran imponerse a las Águilas (2-4) y cuando los plumíferos son líderes aunque usted no lo crea con este record perdedor, en la Conferencia Nacional Este, que hasta hoy es la peor desempeño en la liga nacional
Los Vaqueros vienen de una derrota por paliza de 25-3 frente a Washington equipo que marcha en segundo lugar de la misma división con marca de 2 descalabros y 5 derrotas, mientras en el fondo de la división están los Gigantes de Nueva York con marca de 1-6.
Todo le ha salido mal esta temporada al entrenador Mike McCarthy cuyas estrategias sobre los emparrillados no han resultado y prueba de ello, son las recientes derrotas ante Arizona (10-37) y la propinada por los Cafés de Cleveland, que terminaron imponiéndose y ganando por 49-38.
En el camino McCarthy ha perdido a su mariscal de campo titular Dak Prescott, quien es baja por lesión por el resto de la campaña, teniendo que recurrir al suplente Andy Dalton que ha tratado de solventar las fallas del equipo y sacudirse los embates de las defensivas contrarias.
Mientras su estrella el corredor Ezekiel Elliot no puede hacer todo solo sobre el campo de juego, una de las mayores debilidades de los vaqueros es su línea defensiva que esta entre las peores de la NFL.
Los diezmados vaqueros tendrán una prueba de fuego en la jornada 9 cuando enfrenten a sus archirrivales los Acereros de Pittsburg, ya que marchan invictos con marca de 6-0 y son líderes de la división norte de la Conferencia Americana.
Un nuevo descalabro ante las Águilas y después repetirlo cuanto enfrenten a los Acereros la próxima semana, haría que el dueño del equipo el texano Gary Jones, se ponga a pensar si dejar en el cargo de entrenador a McCarthy o liberarlo al final de la temporada.
En el mejor de los casos la escuadra texana si levanta y entra a la postemporada corre el riesgo de quedar eliminada en la primera ronda de playoffs, esto por el pobre desempeño mostrado y la alta competencia de otras escuadras como Seattle, Arizona, Kansas City, Pittsburgh y Tampa Bay.