Por: Antonio Sánchez R.
Del plato a la boca…
Cuando mucha gente daba por un hecho que Cruz azul estaría en la gran final enfrentando al León, incluido el que esto escribe, de repente vino algo que puso las cosas al revés y dio al traste con todo lo que se había dicho. Ni el más recalcitrante aficionado de Pumas aseguraba que su equipo echaría a La Máquina de la contienda por el título.
Nadie puede decir: “yo sí creí”, o “yo siempre dije que Pumas superaría a Cruz Azul”. Quien diga cualquiera de estas frases u otras que van por el mismo sentido, está rotundamente equivocado, está mintiendo, pues TODOS daban por un hecho que ese marcador de 4-0 no podía ser igualado.
Pero los Pumas de la UNAM hicieron la hombrada. Hicieron también ese mismo marcador y por haber ocupado una mejor posición en la tabla general, pasa a la gran final. Quiero hacer una precisión, corregir un error en el que están incurriendo casi todos: no hubo REMONTADA, pues el marcador es el mismo. Hubo un empate, pero lo que marcó la diferencia fue la posición en la tabla. Si el marcador en el Azteca hubiera sido 4-1 y en el de “vuelta” hubiesen quedado con este marcador de 4-0, entonces sí se hablaría de una “remontada”, pero NO LO ES.
Es obvio que a algunos seguidores de Pumas y a los detractores de Cruz Azul, no los vas a sacar de ahí y seguirán pensando en que fue REMONTADA, como existe todavía gente que sigue sosteniendo la mentira del “gol de Moi Muñoz” cuando ha quedado evidenciado que fue Alejandro Castro, defensa Azul, quien desvía la pelota, que iba directa a las manos de Corona. Es más, recientemente el mismísimo ex arquero americanista evidenció que hasta él mismo se ha creído esa mentira, pues jura y perjura que el balón iba a puerta, siendo que las imágenes no mienten: el balón iba para afuera, pero Corona ya estaba tendido para recibirlo, cuando viene la acción en la que Castro lo desvía y lo manda a gol.
En fin, hay cosas que por más que te empeñes, no las puedes cambiar, sobre todo cuando ya te has hecho a la idea de que fueron de tal o cual manera. Pero vayamos al partido, que es lo que finalmente interesa.
Los Pumas saltaron a la cancha con la convicción de que no había de otra: matar o morir. Cruz Azul no lo pensó así y creyó que el 4-0 del partido de “ida” sería suficiente para avanzar a la final. El primer gol cayó al minuto 4’, por conducto de Dineno, quien aprovechó un rebote en el área que le quedó en los pies y sin pensarlo dos veces, dispara y anota, pero no hubo reacción de La Máquina. Siguieron impávidos. Dominaron, eso sí, el partido, se adueñaron de la cancha, pero al minuto 37’, en un tiro de esquina, otros rebotes en el área, le vuelve a quedar a Dineno, quien vence nuevamente a Sebastián Jurado, quien había alineado en lugar de Corona.
Corría el minuto 41’, todavía estaban en el primer tiempo, cuando en una descolgada Carlos González lleva el balón hasta el borde del área grande, por el lado izquierdo, hace un recorte en el que el defensa celeste alcanza a hacer contacto con la pelota, pero en el rebote le queda al propio “Cocoliso”, quien de inmediato se perfila y manda un fogonazo de zurda que vence la estirada de Jurado. ¿Se fijaron? Los tres goles provienen de rebotes, dos en el área y el tercero fuera de ella. Mala suerte o falta de fuerza al meter la pierna por parte de los defensas Azules.
Para el segundo tiempo, Cruz Azul salió a controlar más el partido, pero nunca llegó el gol que pusiera a tambalear a un equipo universitario que se mantuvo al acecho, como lo había hecho todo el tiempo, pues fuera de las jugadas de los goles, no crearon ninguna otra jugada de peligro. El 4-3 global se mantenía, pero ya casi para terminar el tiempo reglamentario, en un cobro de tiro libre va un centro al área que le cae a Vigón, quien estaba sin marca y pa’dentro, 4-4 letal que dejaba con las manos vacías a los Azules.
El arbitraje de César Arturo Ramos Palazuelos fue casi impecable. Y digo “casi” porque no se atrevió a marcar un penal sobre “Cabecita” Rodríguez en los inicios del encuentro, además de que dos jugadas, con los mismos ingredientes, las juzgó de manera diferente, pues Iturbe está en claro fuera de lugar cuando Mozo centra el balón que rebota en el “Cata” Domínguez y le llega a Iturbe. Ramos no marcó nada, ni el juez de línea y mucho menos el VAR. La otra es la jugada en que se marca penal a favor de La Máquina. Ahí si hubo revisión del VAR (casualmente), marcando un fuera de lugar que, si se aplicara lo mismo que en la jugada del segundo gol Puma, no existía, pues Romo recibe el balón que había rebotado en la espalda de Mozo, cuando el “Chagui” Martínez pretendió hacerse un auto pase. O sea, ni siquiera había sido pase a Romo. En fin, Pumas está en la final y va contra el super líder, nomás. Pero ya de esto comentaremos el próximo jueves. Por lo pronto, hagan sus apuestas… ¡Ah!, y si tienen tele…, ¡pues ahí se ven!