dom. Feb 23rd, 2025

Ernesto Castillo

Expresa Mariana Ozuna Castañeda que la republica de las letras en la Nueva España, era pequeña, pero vigorosa hacia principios de 1800. Y entre las problemáticas para publicar obras considerables estaba la escases de papel y lo caro del mismo, de ahí que proliferaban las obras menores como los diálogos, las cartas, los sueños, principalmente, y por supuesto, la censura que ya mencionamos anteriormente por parte de la inquisición colonial.

Al respecto expone Ozuna Castañeda: “… en 1783 la Administración de las  Alcabalas giro una circular para que algunos documentos  se redujeran de tamaño, se llenaran los márgenes y los blancos; en 1798 el virrey Azanza ordeno se redujera el uso del papel  en despachos y oficinas de gobierno; nuevamente en 1805 José de Iturrigaray comunica a la Real Aduana que la crisis de papel  ha de enfrentarse  reduciendo el tamaño de la correspondencia de oficio  a una o media cuartilla”. 

El uso de la carta como género literario da margen para abordar cualquier tema, se pueden criticar de manera humorística aspectos locales o como el ejemplo que pondremos enseguida en el cual se critica la actitud revolucionaria de Hidalgo, carta que puede leerse en “Gazeta del gobierno de México, tomo I, núm. 110, 28 de septiembre de 1810”, ahora citamos un fragmento de la misma:

“NUEVA ESPAÑA

México 28 de Septiembre.

De orden del Exmo. Señor Don Francisco Xavier Venegas se publicó el siguiente bando.

Los inauditos y escandalosos atentados que han cometido y continúan cometiendo el cura de los Dolores Dr. D. Miguel Hidalgo y los capitanes de 

regimiento de dragones provinciales de la Reyna de Ignacio Allende y D. Juan Aldama, que después de haber seducido a los incantos vecinos de dicho pueblo,  los han llevado tumultuosamente y en forma de asonada, primero a la villa de S. Miguel el grande y sucesivamente al pueblo de  Chamacuaro, a la ciudad de Celaya , y al Valle de Salamanca, haciendo en todos esos parages la más infame obstentación de su inmoralidad y perversas costumbres; robando y saqueando las casas de los vecinos más honrados para saciar su vil codicia; y profanando con iguale s insultos a los clanseros religiosos y los lugares más sagrados: me han puesto en la necesidad  de tomar prontas y eficaces  y oportunas providencias  para contenerlos y corregirlos, y de enviar tropas escogidas  al cargo de gefes  y oficiales de muy acreditado valor…” 

(https://inehrm.gob.mx/es/inehrm/Los_Escritos_contra_Hidalgo).

Carta que en esta ocasión sirve para evidenciar las incomodidades de las autoridades de la época Colonia ante el desarrollo inevitable del inicio de la Independencia en 1810, género epistolar socorrido para dar cuenta de los pormenores y acontecimientos en general sobre los hechos en los bandos participantes. Ahora lo anterior es una carta cotidiana, un comunicado que refleja la desesperación de una autoridad, un punto distinto es lo que enseguida comentaremos.

Uno de los intelectuales clave en el proceso previo a la Independencia es el escritor Andrés Quintana Roo, quien contribuyó de distintas maneras a la gesta revolucionaria, y una de ellas fue a través de la cultura impresa y de manera específica a través de su periódico independiente el “Semanario patriótico americano”. En los “Documentos históricos mexicanos” que publicó el ensayista Genaro García sobre Andrés Quintana Roo apreciamos un estilo literario consolidado, los adjetivos utilizados y la sintaxis para expresar sus ideas hacen referencia a un personaje preparado, a un humanista que refleja sus lecturas, pero ante todo un hombre de su tiempo: un ilustrado.

En el periódico “Semanario patriótico americano” apreciamos el estilo literario que mencionamos, ahora reproducimos un fragmento de una de las cartas de Andrés Quintana Roo:

“Es ciertamente muy extraño que los enemigos de nuestra causa tengan panegiristas que pretenden justificar la más iniqua de las agresiones con la aplicación de principios, que muy distantes de conducir a sus intentos, solo sirve para demostrar lo justo y conveniente de la guerra que les hacemos…La obligación que nos impone el destino a que nos hemos dedicado, cuyo principal objeto es propagar por medio de nuestro periódico las luces que puedan ilustrar la nación con respecto a sus derechos…”.

Las palabras de Quintana Roo sirven para ilustrar lo elegante de su prosa y lo preciso en su cuestionamiento. En su discurso hace referencia a un documento de una autoridad eclesiástica en donde los desconoce y expresa que el movimiento de Independencia es erróneo.

Las cartas y documentos impresos cortos fue un recurso para divulgar el pensamiento de los intelectuales involucrados en la Independencia de 1810. Intelectuales mexicanos que se comprometieron con el movimiento social a través de la palabra impresa y de las acciones.

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