Arnulfo Vigil
Tiene razón el doctor Manuel de la O en irritarse, casi hasta la desesperación, porque la gente no hace caso del extremo peligro que representa la tercera ola del Coronavirus, más agresiva y letal, que ha costado la vida a más de 1000 ciudadanos en los últimos dos meses y ha saturado los hospitales del sector salud y no pocos privados.
Parece hecho adrede, pero a la gente aún no le cae el veinte del peligro que representa contraer la enfermedad. Por la calle andan muchos y muchas sin cubrebocas, llenan las tiendas, los centros de esparcimiento y sitios de frecuencia múltiple, sin pensar en las consecuencias que traerá el contagiarse del mortal virus. Si uno, cualquiera, se infecta sin duda alguna infectará a su familia. Y entonces no será un enfermo sino varios. Y ya no hay cupo en los hospitales.
El gobernador del estado, Jaime Rodríguez Calderón, ha pedido de muchas formas, personales y virtuales, extremar las precauciones, porque el alto número de contagiados repercute en las finanzas del estado, que, como se sabe, no son muy altas, debido a la deuda que se paga, la que dejara el gobernador Rodrigo Medina.
Y también el gobernador ha acertado al realizar una especie de encuesta entre los padres de familia sobre si están de acuerdo en que sus hijos regresen a clases. Antes, el gobernador había señalado que el 30 de agosto se regresaría a las aulas. Pero el alto número de contagios y el hecho de que también jóvenes y adolescentes se contagien, lo llevó a considerar la decisión. Pero en un ejercicio democrático abrió una consulta. El resultado es que los padres de familia dudan en llevar a sus hijos a los salones de clase.
En este sentido, del gobernador no concuerda con el presidente Andrés Manuel López Obrador que a fuerza quiere que los alumnos regresen a clase el 30 de agosto. Dice el presidente que con que se cuiden es suficiente para evitar los contagios. Además, muchos ya están vacunados. No mira o no quiere mirar que el número de contagiados sigue en aumento en todo el país, con énfasis en algunos estados, como Nuevo León. Y no acepta que no todos los mexicanos se han vacunado. Si se han aplicado 20 millones de dosis, el país tiene 120 millones de habitantes.
Entonces hace bien el gobernador Rodríguez Calderón al velar por el estado, mejor, velar por la salud de los nuevoleoneses. Si un alumno está infectado, contagiará a todo el salón y al maestro. Si un maestro está contagiado y no lo sabe, contagiará a los alumnos y a los demás maestros, incluyendo a la directora o director. La Secretaría de Educación estatal no le pone mayor atención a la situación. Hay muchos maestros contagiados, algunos han muerto. Y no ha realizado un programa de apoyo a los mentores. Además, los salones de clase siguen en mal estado. Algunos fueron saqueados por los cacos. Por eso es importante darles un perfil preponderante a los padres de familia, ya que son los rectores de sus hijos.
Es bueno recordar las palabras del insigne maestro Macario Pérez: “Por eso es importante y trascendental el suceso de esta noche en que se va a consolidar una alianza que era ya inaplazable: el del Escuela y el Hogar. Ambos están igualmente interesados en alcanzar el más resonado de los éxito en esta cruzada formidable contra los errores los prejuicios”.