El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, reforzó un “Estado policial” para perpetuarse en el poder y mantener privilegios para él, su familia y aliados, denunció la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
En el informe “Concentración de Poder y Debilitamiento del Estado de derecho en Nicaragua” señala que a costa de la oposición, que suma 38 detenidos en cuatro meses, el sandinista busca otro mandato al cerrar toda oportunidad democrática a sus críticos, pues la sexta parte de los detenidos son aspirantes presidenciales, y la eliminación de partidos previo a los comicios.
Ortega busca la perpetuación en el poder de forma indefinida y mantener privilegios e inmunidades en un contexto de represión, corrupción, fraude electoral e impunidad estructural
El organismo también da cuentas en el documento de 70 páginas, de las ilegalidades cometidas por el régimen, mismas por las que organizaciones buscan retrasar el proceso y desconocer los resultados en caso de que se declare nuevamente ganador, y recuerda que con la alineación de todos los organismos el Ejecutivo ha mantenido su sello de aprehender y allanar a la disidencia que se interpone en su camino a otra reelección.
La CIDH refiere que, pese a recomendaciones desde hace casi una década, el régimen sólo ha endurecido acciones antidemocráticas al usar a diversas instituciones para actuar contra sus rivales.
Señala que no hay límites para el ejercicio del poder en Nicaragua pues todos los poderes están alineados al régimen.