Abel Moreno López
Era un 5 de febrero, era una época revolucionaria, era el momento extraordinario que sintetiza el ser y quehacer nacional, era el nacimiento de la actual Constitución…
Este 5 de febrero se cumple un aniversario más de la promulgación y publicación de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, ley suprema de nuestro país.
La Constitución de 1917, sin duda el producto más importante de la Revolución Mexicana, es un aporte jurídico de los mexicanos al derecho universal, dado que fue la primera que incluyó las garantías sociales, consagrando muchos de los postulados que dieron origen al movimiento revolucionario de 1910.
La Constitución fue promulgada por el Congreso Constituyente el 5 de febrero de 1917, reunido en la ciudad de Querétaro declarada desde un año antes como sede de los poderes federales, y entró en vigor el 1 de mayo del mismo año.

El Congreso Constituyente fue convocado por el Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, encargado del Poder Ejecutivo, don Venustiano Carranza Garza en cumplimiento del mandato establecido en el Plan de Guadalupe.
Bajo el lema de Constitución y Reformas, el 1º. de diciembre de 1916, se iniciaron las sesiones del Congreso Constituyente, cuya convocatoria había sido publicada el 19 de septiembre de 1916.
La llegada de los diputados constituyentes a la ciudad de Querétaro empieza el 20 de noviembre de 1916, y desde las diez de la mañana se reúnen para empezar su largo y penoso camino en la calificación de sus credenciales. La discusión de credenciales fue fundamental, pues de ella dependía no solo la integración del Congreso, sino su ideología mayoritaria.
El Estado de Nuevo León estuvo representado por los siguientes diputados: Manuel Amaya, que presidió las juntas preparatorias, Nicéforo Zambrano que sería sustituido por su suplente Lorenzo Sepúlveda, Luis Ilizaliturri, Ramón Gámez, Reynaldo Garza, Agustín Garza González sustituido por su suplente Plutarco González.
Las sesiones se inauguraron a las 15:00 horas del 1º de diciembre de 1916 en el Teatro Iturbide. En la sesión inaugural Carranza leyó un mensaje en el que sintetizó los puntos o razones de las reformas propuestas. El proyecto de reformas a la Constitución de 1857 sufrió numerosas modificaciones y adiciones para ajustarse a la nueva realidad social del país.
De entre los diputados que asisteron a la inauguración del Congreso, la distribución de los gremios se hizo de la siguiente manera: 56 abogados, 28 militares, 24 obreros, 21 médicos, 18 ingenieros, 16 de distintas profesiones, 13 profesores y 8 periodistas. La edad promedio era de 30 años.
El Congreso Constituyente contó con diputados de todos los estados y territorios del país, con excepción de Campeche y Quintana Roo.
Estuvieron representadas ahí diversas fuerzas políticas: los carrancistas o “renovadores”; los protagonistas o “radicales”, y también los llamados independientes.
La agenda del Congreso transcurrió con gran premura, pues nunca antes un Congreso Constituyente en México había tenido tan poco tiempo para discutir un texto constitucional; sesiones interminables, comisiones ad hoc fuera de sesiones, debates en la prensa, representaciones y mucho trabajo tuvo que desarrollarse para concluir la empresa.
En los dos meses de intenso trabajo legislativo, se celebraron 68 sesiones. A partir del 11 de diciembre se empezaron a presentar los dictamenes sobre los diversos artículos, cabe destacar que previo a este día se recibió una propuesta de Herminia Galindo proponiendo el voto de la mujer.
La diversa formación ideológica de los constituyentes generó amplios e interesantes debates sobre toda la tematica que afectaba la vida del país.
La nueva Constitución incluyó una gran parte de los ordenamientos de la de 1857, sobre todo lo referente a las garantías individuales. La forma de gobierno siguió siendo republicana, representativa, demócratica y federal; se refrendó la división de poderes en Ejecutivo, Judicial y Legislativo, si bien este último dejó el unicamerismo y adoptó la división en cámaras de Diputados y Senadores.
Se ratificó el sistema de elecciones directas y se decretó la no reelección, suprimiendo la vicepresidencia y dando mayor autonomía al Poder Judicial y más soberanía a las entidades federativas. En este marco se creó el municipio libre, y se estableció un ordenamiento agrario en el país relativo a la propiedad de la tierra.
Entre otras garantías, la constitución vigente determina la libertad de culto, la enseñanza laica y gratuita y la jornada de trabajo máxima de 8 horas, y reconoce como libertades las de expresión y asociación de los trabajadores.
Una vez hechas tales modificaciones, 31 de enero de 1917 se dio fin a los trabajos del Congreso Constituyente con dos sesiones memorables.
Por la mañana de aquel memorable día concluyó la sesión permanente iniciada el dia 29 de enero, aprobándose las formalidades para la protesta de la Constitución y se procedió a la firma del nuevo texto constitucional. A las cinco de la tarde del mismo miércoles 31 de enero de 1917, con una asistencia de ciento ochenta y cuatro ciudadanos diputados, se celebró la sesión de clausura del Congreso Constituyente.
El 5 de febrero de 1917, se promulgó y publicó, por Bando y Pregón en toda la República, el texto de la llamada Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos que Reforma la del 5 de febrero de 1857. La nueva Constitución entró en vigor el 1 de mayo de ese mismo año.
El linotipista queretano Blas C. Terán se encargó de publicar por primera vez el texto aprobado de la Constitución.
En Nuevo León el texto fue promulgado por el gobernador, general y licienciado Pablo A. de la Garza.
La Constitución es un documento vivo, fundamental, que garantiza la convivencia social y el estado de derecho. Un documento dinámico que se adapta a las nuevas realidades y que sigue siendo el principal instrumento para la transformación nacional… Hasta la próxima…