Raúl Guajardo Cantú
Durante su campaña rumbo a la gubernatura, el exgobernador Jaime Rodríguez Calderón prometió que metería a la cárcel a cualquier integrante del gobierno de Rodrigo Medina que hubiera participado en actos de corrupción. Medina y su gente cargaban con una muy mala imagen pública debido, principalmente, a sospechas de que habían cometido actos de corrupción, por lo cual la promesa hizo mella en el electorado.
Seis años después, las sospechas recaen sobre Rodríguez Calderón y su círculo más cercano, de ese círculo, Manuel Vital y María de los Ángeles Errisúriz se encuentran hoy bajo investigación e inclusive el SAT estatal ha congelado sus cuentas.
Se entiende la idea del gobernador Samuel García de combatir la corrupción, de ir contra aquellos funcionarios que de alguna u otra forma hayan participado en actos que atenten contra el patrimonio del estado.
Rodríguez Calderón, El Bronco, con su operación “Tornado”, lo único que consiguió para la posteridad fue una foto del exgobernador Rodrigo Medina vistiendo el atuendo naranja de los presos, fuera de eso, la operación resultó un fiasco, un golpe para el propio Jaime Rodríguez, ya que se entendió como una especie de acuerdo en lo oscurito.
Por eso es que hoy esperamos que los expedientes contra quienes vayan a actuar las autoridades estatales se encuentren debidamente integrados, que se haya escogido la ruta legal adecuada y que el SAT local tenga las atribuciones para congelar las cuentas de quienes se sospecha participaron en casos de corrupción.
Pero además, debe interesarnos que todo se apegue al debido proceso, que se respete la presunción de inocencia ya que de otra forma, los hechos pudieran salirse de control y terminar en agua de borrajas, con lo que ello significaría para nuestro gobernador y para nosotros como gobernados.