Por Salvador Hernández LANDEROS
La resolución de la SCJN sobre el caso del Fiscal Gertz Manero con la familia Cuevas Moran, representa “un arma de dos filos” para el presidente de México.
Uno de esos filos es la falta de credibilidad en la independencia del PJF, pues desde el inicio de su mandato se ha notado la intromisión de AMLO.
A la resolución le ven tintes políticos encaminados a otra imagen presidencial antes del 10 de abril, día en que efectuará el proceso de Revocación de mandato.
El que la SCJN haya ordenado la inmediata liberación de Alejandra Cuevas Morán, luego de 17 meses encarcelada, fue un golpe demoledor para el Fiscal.
Cuevas Morán estaba internada desde octubre del 20202 en la cárcel femenil de Santa Martha Acatitla, por el supuesto homicidio doloso de Federico Gertz.
El caso también involucraba a Laura Morán Servín, madre de Alejandra, quien fue pareja de Federico durante 52 años, quien tenía una orden de aprehensión.
El otro filo es la reacción del fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero, misma que involucraría a Rosario Robles, o bien, Juan Collado.
Rosario Robles está presa desde el 19 de agosto del 2019, acusada de peculado, además de ejercicio indebido de funciones y 5 mil millones de por medio.
Otro detenido, según por órdenes presidenciales, es Juan Collado, preso desde julio del 2019, acusado de lavado de dinero y delincuencia organizada.
Tanto Rosario como Juan son dos medallas que el presidente López Obrador presume como trofeos de su gobierno en su campaña diaria contra la corrupción.
¿Qué se espera? Que suban los votos para no botar a López Obrador. O bien, que Gertz Manero renuncie como fiscal general y suelte todo lo que sabe.