Monterrey – A los 95 años de edad murió en esta ciudad la activista Rosario Ibarra de Piedra, y sus hijos mantendrán el legado de lucha en defensa de los derechos humanos y las libertades.
Nacida el 24 de febrero de 1927 en Saltillo, Coahuila, Rosario Ibarra de la Garza, murió en un hospital de la localidad tranquila y en paz, informó su hija Rosario Piedra, presidenta de la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
Agregó que su madre presentaba algunos males relativos a la edad, pero que de ninguna manera síntomas mayores, “fue el desgaste físico propio de una persona de su edad”, añadió.
“Nos quería mucho a sus hijos, a mi hermana Claudia, a mi hermano Carlos, mi hermano Jesús y a mi; ella siempre fue una mujer sana, tuvo algunas recaídas, murió tranquila y en paz en un hospital”, comentó Piedra Ibarra.
La presidenta de la CNDH considera que su madre debe ser recordada como una gran luchadora, defensora de los derechos humanos, el arduo trabajo por la presentación de los desaparecidos y su búsqueda, y la defensa de las libertades y la democracia.
Interrogada acerca de la posibilidad de la llegada al funeral del presidente Andrés Manuel López, mencionó que no cree, pues quieren un funeral familiar, aunque ya mucha gente se ha enterado del deceso de su madre.
A partir de las 15:00 horas se abrió la funeraria al público, y de inmediato empezaron a llegar arreglos florales.
Rosario Ibarra de Piedra será sepultada a las 16:00 horas de este domingo 17 en el panteón de Dolores, ubicado al poniente en los límites del primer cuadro de Monterrey.
Daniel Salazar, uno de los primeros luchadores de la izquierda la recordó como una luchadora social que enfrentó al régimen de gobierno, al autoritarismo y a la persecución.
Ella fue candidata a la Presidencia de la República en 1982 y en 1988 por el PRT, y fundadora del grupo Eureka durante la guerra sucia y la desaparición de su hijo Jesús.