Óscar Tamez Rodríguez
El presidente amaneció el lunes acusando de traidores a la Patria a los legisladores quienes votaron contra la reforma energética enviada desde el poder ejecutivo y sin aceptar modificaciones ni en los errores ortográficos.
La acusación es muy grave, si fuera jurídica implicaría una sanción grave, pero como es discurso político de denostación, todo queda en el abuso para pretender el descrédito, la mancha pública a los legisladores de oposición.
Asegura que son traidores por defender los intereses de empresarios nacionales y extranjeros, comete un error de cálculo, los más de 200 diputados quienes votaron contra la iniciativa del presidente defendieron los intereses de millones de quienes no queremos regresar al monopolio de Estado en materia de energía eléctrica. Aún recordamos lo cara y de mala calidad que era la energía en esos tiempos.
Algunos queremos arriesgarnos con la competencia, esa que desprecia la 4T en lo electoral y en todo lo que implique construir consensos. Sino fuera absolutista y retrógrada habríamos exigido el apoyo a su reforma, claro, si ésta incluyera subsidios en las zonas donde padecemos temperaturas extremas, si hubiera considerado apoyos en la adquisición de paneles u otra forma de energía eólica o solar.
No son traidores a la Patria quienes defendieron los intereses en los que creen millones de mexicanos. Tampoco lo son porque el mandatario no es la Patria, porque no lo es un partido y porque una ideología política no es la Patria. Tampoco son la Patria 15 millones de simpatizantes de la 4T (participación en favor de Morena en la revocación de mandato).
La Patria es el Estado y guste o no al sector absolutista en el poder, somos Patria el resto, los que diferimos del pensamiento unidireccional de una persona enriquecida en su egolatría por los incondicionales.
Arengar que hubo traición frente a la postura de todo o nada es una reacción totalitarista. No se construye democracia sin consensos. La democracia mexicana desde 1963 es una de mayorías con inclusión a las minorías, no sólo de mayorías.
Es contrario a la historia de México afirmar que son traidores quienes negocian y acuerdan con poderes extranjeros, el jefe del gobierno federal y sus afines evidencian ignorancia histórica y una retórica destinada a las masas desinformadas.
En la lógica de la 4T son traidores a la Patria quienes acuerdan con poderes extranjeros con beneficios para esos poderes; es prudente recordarles que en su imagen corporativa incluye cinco grandes figuras de la historia nacional (Hidalgo, Morelos, Juárez, Madero y Cárdenas), todas ellas negociaron con poderes extranjeros para poder gobernar.
Hidalgo es aprehendido en Acatita de Baján cuando se dirigía junto a otros insurgentes de la primera generación hacia EUA en busca de apoyos. Resulta oportuno recordar que nadie da apoyos sin una contraprestación, no entre naciones y menos con una como los vecinos quienes estaban en un proceso de expansión bajo la premisa de América para los americanos.
Lo mismo sucedió con Morelos. Frente la necesidad de apoyo para su lucha emancipadora envió a su hijo a EUA para tratar de conseguirlo.
Ambos insurgentes sabían que los apoyos recibidos no serían cortesía, un precio se habría de pagar, pero el beneficio lo valía. Con Juárez y Madero sucedió algo similar, ambos recurrieron al poderoso vecino sabiendo que habría un costo menor frente al bien mayor.
Ninguno fue traidor a la Patria, lo fueron sus contrapartes que pretendían la unicidad del pueblo despreciando la diversidad.
Traición es despreciar a más de la mitad de mexicanos.