Óscar Tamez Rodríguez
Los servicios educativos básicos en casi todo el mundo están a cargo del gobierno; son dos razones principales: a) porque ahí se plasma el ciudadano que se espera para esa sociedad en 15, 20 o 30 años; b) porque se convierte en el principal instrumento de adoctrinamiento ideológico del grupo en el poder.
La justificación de los gobiernos es que tienen la obligación de garantizar educación para toda la niñez con lo cual se procura la movilidad social; es cierto sólo en parte.
El gobierno federal anuncia cambios en los planes y programas de estudio con la finalidad de adoctrinar ideológicamente a la niñez mexicana y así, asegurar que en dos o tres décadas, en los liderazgos, ya sea social, político, militar o económico, existan afines al pensamiento igualitario que promueve la 4T.
Esta práctica opera en los países con movimientos sociales radicales. En Cuba, Fidel Castro impuso un modelo educativo doctrinal donde “evangelizaba” a los educandos en el pensamiento socialista, con el mensaje de que los EUA eran el mal del mundo.
En los países teologizados sucede lo mismo, la educación adoctrina en el pensamiento político-religioso e infunde en los menores la ideología del grupo en el poder.
Otro ejemplo es Venezuela y su escuela surgida desde la revolución chavista. México no es la excepción, los planes y programas de estudio desde los cuales derivan los contenidos educativos y por consiguiente los libros de texto, históricamente han estado cargados de adoctrinamiento.
Donde es más notoria esta labor “evangelizadora” es la historia. Es en esta área del conocimiento donde se infunde en los educandos la inducción ideológica en forma sugerida, expuesta, inferida y subyacente.
A esto le llamo “el uso político de la historia”, es decir, emplear la historicidad de la nación para infundir valores axiológicos y cívicos acordes al pensamiento del gobierno en turno, algunos historiadores denominan a esto, como la historia oficial u oficialista: la historia manipulada desde el poder para construir buenos y malos con fines de trasladar las cualidades de esos personajes históricos a los políticos actuales y sus gobiernos.
El gobierno informa que el modelo educativo “4T” pretende rediseñar el perfil del mexicano que habrá de tomar decisiones en décadas adelante. Así asegura que “los docentes no sean reproductores del neoliberalismo”.
Preocupa que no dice cómo será esto; en Rusia y en Cuba, fusilaron maestros cuando impusieron un nuevo modelo educativo con ideología socialista, soy seguro que en México no se llegará a tanto, lo más es que se despida a la planta laboral en las formadoras de docentes para que desde ahí se forme al maestro 4T.
“Acabarán con los libros de texto neoliberales”. Supongo se refiere a cambiar las lecturas en los libros de español para utilizar algunas con enfoque ideológico igualitario; en el caso de los libros de historia, presupongo se reforzará el concepto de buenos y malos, donde los buenos son los liberales progresistas y los malos los conservadores tradicionalistas.
Es importante compartir a ustedes que mienten o están desinformados quienes aseguran que los liberales de izquierda del siglo XIX son iguales en pensamiento a los políticos de izquierda del siglo XXI; en todo caso, los liberales de izquierda del siglo antepasado son cercanos al pensamiento de los liberales actuales y contrarios a los igualitarios prosocialismo.
La educación debe transmitir los valores de una sociedad a su siguiente generación, pero pretender adoctrinar es casi como cegar, adormecer, embrutecer a los líderes del mañana.