Abel Moreno López

Hemos dicho en otro texto que el tapado es un gallo, es el gallo del Presidente para sucederlo.

Gramaticalmente el Tapado no solo es sustantivo, es un sujeto y a la vez es adjetivo… al quitarle la tapa (que no corcholata) queda expuesto el sujeto… La corcholata por su parte es solo un sustantivo simple, una cosa que cubre una botella, lo que se destapa es la botella, la sustancia, la corcholata podrá usarse como ficha y tarde o temprano será desechada… es la triste historia de la corcholata…

Andrés López afirma en sus usuales lecciones de historia (con o) que el primer tapado fue Manuel González, El Manco compadre de Porfirio Díaz, lo cual parece inexacto. En todo caso si el tapado es de la época de Don Porfirio, quizás el agraciado hubiera sido Ramón Corral que si tuvo competencia para la vicepresidencia en los dos periodos en que fue electo.

Pero mas bien me inclino a pensar que el primer candidato tapado para la presidencia mexicana fue el ingeniero Pascual Ortiz Rubio, que también es el primer candidato presidencial del PNR (ahora, todavía, PRI). Recordemos el entorno…

En 1928 hay elecciones presidenciales, hay un solo candidato, hay un Presidente Electo, que es asesinado el 18 de julio de ese año, generando a más de la crisis política, un entuerto institucional para abordar el tema de la sucesión presidencial, el final del último cuatrienio y el inicio del nuevo sexenio que a principios de año se había pactado al reformarse la Constitución General de la República.

Por principio, la lección institucional la da el general Calles, por lo menos en el mensaje político del su ultimo informe, el 1 de septiembre de ese año, donde luego de analizar la situación política imperante, hace un llamado a una verdadera reforma política, donde convoca a que se formen los partidos políticos de diverso signo ideológico para que en lo sucesivo las diferencias se diriman ya no con las armas sino en la arena del congreso, y que se pueda transitar de un país de caudillos a uno de instituciones y de leyes.

Ante la expectativa política nacional, afirma que no prolongará su mandato, ni volverá a aspirar a la presidencia de la república. Así el primero de diciembre de aquel año, Calles deja la primera magistratura en manos del Presidente Provisional designado por el Congreso, Lic. Emilio Portes Gil y él se asume como presidente del Comité Organizador del Partido Nacional Revolucionario.

La atribución principal señalada al Presidente Provisional es la de convocar y organizar las elecciones extraordinarias para la elección del Presidente Interino que concluya el sexenio para el que había sido electo el general Obregón.

El 5 de enero de 1929, el comité organizador emite la convocatoria para la creación del PNR, la asamblea constitutiva se fija para los primeros cinco días de marzo y en ella se tendrá por objeto, fundar el Partido Nacional Revolucionario, dotarlo de sus documentos fundamentales, elegir a los integrantes del Comité Central Ejecutivo y sobre todo, elegir a quien sería el Candidato a la Presidencia de la República que es básicamente el tema que nos ocupa.

Desde la desaparición del general Obregón en el ámbito político nacional se empezó a manejar un solo nombre para la sucesión y en quien recaería la candidatura del naciente partido, se trataba del profesor y licenciado Áaron Sáenz Garza, gobernador de Nuevo León que con licencia venía ocupando la dirección del Centro Nacional Obregonista, una especie de coordinador general de la campaña presidencial.

Para todo mundo parecía lógico y natural que la candidatura presidencial recayera en Sáenz Garza, quien además tenía cierta cercanía con la familia Calles, pues una hermana suya era esposa de Plutarco Elias Calles Jr. residente de Nuevo León.

Pues bien, pese a ser el candidato natural reconocido por propios y extraños, conforme se acercaba la hora de la decisión sobre la candidatura, poco se valoró que al interior del gobierno nacional había movimientos relacionados con la sucesión, en principio el ingeniero Pascual Ortiz Rubio que fungía como embajador de México en Brasil fue repatriado y enseguida fue nombrado Secretario de Gobernación.

Desde los últimos días de febrero fueron llegando hasta Querétaro los delegados provenientes de todos los rincones del país, desde luego ahí estaban los nuevoleoneses, cuyo paisano Aarón Sáenz era considerado como el precandidato más viable.

Es entonces cuando surge la figura del Tapado, el primer día de marzo se hace el registro de delegados, el día dos se firma el Pacto de Unión y Solidaridad y se inicia la discusión de los documentos básicos, el tercer día se sometería a la aprobación de los documentos, en tanto que el cuarto y quinto días se formalizaría la fundación y la decisión sobre la dirigencia y candidatura.

Pese a lo programado el día 3 se realiza una reunión plenaria urgente toda vez que trascendió el surgimiento de una asonada rebelde en Monterrey encabezada por Gonzalo Escobar, acordándose acelerar los temas pendientes para el día siguiente.

En el marco de aquel mitin va trascendiendo que la candidatura presidencial no recaerá en el favorito Sáenz sino en el tapado Ortiz Rubio.

Los partidarios de la candidatura saencista optan por no presentarla y se retiran de la asamblea, eventualmente algunos nuevoleoneses optan por retornar al estado dados los acontecimientos violentos. Aarón Sáenz será el primer gran sacrificado del naciente partido.

El cuatro de marzo se confirma la fundación del partido, la elección de la dirigencia y la decisión sobre la candidatura. En el acta constitutiva levantada aquel 4 de marzo solo aparecen presentes 28 estados, uno de los ausentes fue Nuevo León, motivado por la decisión de no postular al precandidato Aarón Sáenz.

Finalmente Ortiz Rubio, a quien según Renato Leduc, le decían “El Nopalito” fue el primer Tapado y el primer candidato presidencial del PNR, triunfaría en las elecciones frente al opositor Vasconcelos, sería víctima de un atentado el día de su toma de posesión como Presidente y luego renunciaría a su cargo, pero esa ya es otra historia…

Monterrey, Julio de 2022