Por Alberto J. Hernández Silva
Hace ya muchos años en distintas partes del mundo el concepto de “seguridad” se concentraba casi en su totalidad en las funciones y atribuciones que los gobiernos ejercían en su carácter de “Estado”, por lo que la mayoría de sus acciones se destinaban a ofrecer seguridad territorial y estabilidad política y económica a la población de un país.
Para la protección de los ciudadanos, los gobiernos en general, concentraban en sus acciones todo ejercer de poder, manteniendo con ello el orden y la paz, lo que hacía que los principios relacionados intrínsecamente con el ser humano no se consideraran como elementos prioritarios.
A partir de los conceptos dados a conocer a mediados del siglo pasado sobre los “Derechos Humanos” comenzaron a divulgarse ciertas definiciones y conceptos sobre los tipos de las llamadas “libertades” de las personas, destacando las denominadas como de “expresión”, “culto” “del miedo” y la de “la necesidad”.
Fue entonces que el concepto de “seguridad” o de “sentirse a salvo” no se limitó solo a las acciones emprendidas por el Estado sobre temas que tenían que ver con la protección de un territorio o de la soberanía de una entidad, incorporándose entonces lo que hoy conocemos como “Derechos Humanos” fortaleciendo con ello la dignidad humana de las personas.
A finales de los años cuarenta del siglo XX, la ONU daba a conocer la “Declaración de los Derechos Humanos, contemplando temas como los de, discriminación racial, derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales, y los referidos a la eliminación de las formas de discriminación defendiendo los derechos de los niños, niñas y mujeres, abordando temas como, la protección de los trabajadores migratorios y de las personas desaparecidas.
En los años noventa, nuevamente la ONU sentaría las bases que consolidaban el concepto que hoy tenemos como “seguridad humana” subiéndolo de esa manera a la agenda mundial, centrando sus principios y alcances en el ser humano y en el entorno que lo rodea.
Por lo tanto, la Seguridad Humana focaliza hoy en día sus esfuerzos en la atención de temas como la pobreza, desempleo, hambre, alimentación, enfermedades, contaminación, recursos naturales, violencia, derechos humanos etc.
Visto lo anterior y al darse a conocer hace unos días la nueva Constitución de Nuevo León, promovida por el Gobernador Samuel García Sepúlveda y haciendo un somero análisis del documento, hemos podido interpretar, que la nueva Constitución, puntualiza en sus apartados, aspectos interesantes sobre la Seguridad Humana, destacando los relativos a derechos económicos, sociales, culturales y ambientales y aquellos que atienden a los grupos de personas en situación de vulnerabilidad y riesgo.
La nueva Constitución de Nuevo León enfatiza en su contenido, el desarrollo integral de las personas y en la economía sustentable, buscando una justa distribución de la riqueza y en los derechos y en la dignidad de las personas.
La nueva Constitución en términos de “Seguridad Humana”, determina el derecho a la educación, a la salud, a la recreación y a la cultura, y sobre el entorno de las personas hace hincapié en los derechos a un medio ambiente sano y sustentable y en la conservación y aprovechamiento eficiente de los recursos naturales.
La nueva carta magna de Nuevo León, contempla además, la prevención y sanción contra todo tipo de violencia, el derecho a una vida libre de discriminación, promoviendo e impulsando la participación de la ciudadanía y la defensa de todos y cada uno de los derechos de los habitantes de Nuevo León.
Considerando que la Seguridad Humana tiene como principio fundamental el bienestar de las personas en una visión amplia e integral, podemos vislumbrar que los factores de riesgo y brechas de desigualdad entre las personas, tendrán que ir desapareciendo, por lo pronto la nueva Constitución así lo prevé.
Twitter @AlbertoHdzMX