Con la llegada de un nuevo año, también llegan los propósitos, para muchos una oportunidad de alcanzar nuevas metas y sondear nuevos horizontes; para otros, un desafío casi imposible porque aunque tienen objetivos no saben cómo plantearlos, ni cómo cumplirlos o por dónde empezar.
Los propósitos se dividen en diferentes aspectos y aunque los más comunes se inclinan hacia temas personales como salud, dinero o amor, en el ámbito laboral también pueden plantearse propósitos relacionados con el aumento de ventas, mejores campañas en línea, y otros más, que ayuden a las personas a, por ejemplo, poner un límite sano entre la vida profesional y la vida personal.
En México, según el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el 75% de los colaboradores manifiestan signos de fatiga laboral, lo cual evidencia la importancia de convertir este tema en un propósito prioritario.
“Cuando nos referimos a un propósito laboral pensemos en que se trata de un proyecto dedicado a un espacio en el que pasamos una gran parte del día, a un espacio que afecta de manera positiva o negativa nuestro estado de ánimo y que por ende un cambio o reasignación repercute en nuestra productividad y felicidad”, indica Saskia de Winter, socia fundadora y Directora General de Saskia de Winter Training, firma de capacitación empresarial e individual.
Alcanzar estos propósitos no es tarea sencilla, ya que en ocasiones proponerse metas como tener un mejor salario, ser más productivo o poner un límite a los horarios tan extensos no dependen sólo del colaborador; sino de la cultura de la empresa, las tendencias del mercado, la buena relación con el equipo de trabajo, entre otros factores.
Las cifras del IMSS detallan que un equipo de trabajo que no está a gusto disminuye su productividad hasta un 40%, por ende, pensar en propósitos laborales es una buena idea, que empieza por una persona y que podría repercutir en favor de todo el equipo de trabajo.
“Para que un propósito laboral que depende exclusivamente del colaborador se cumpla es importante tomar en consideración la factibilidad y la delimitación del mismo. Muchas personas asocian los propósitos laborales con la seguridad económica y el prestigio, pero un factor elemental que puede contribuir a alcanzar la meta es como primer paso sentirse satisfecho con la actividad que desempeña. Si uno está complacido con su labor el propósito es más viable porque tenemos la motivación necesaria para llevarlo a cabo”, explica Saskia de Winter.
