Cosas del Tony
Por: Antonio Sánchez R.
Nunca en la historia del estado libre y soberano de Nuevo León se había tenido el infortunio de contar con un gobernador que estuviese pensando en andar de viajero antes que en su compromiso contraído con los ciudadanos: trabajar por resolver los problemas que aquejan a la entidad.
Se podría argumentar como defensa del imberbe FosfoGober que en tiempos pasados la inercia de los asuntos del estado no visualizaba una interrelación con países europeos y mucho menos africanos y cuando existía la posibilidad de establecer vínculos económicos de ese tipo, todo se manejaba a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores del gobierno federal.
Además, si por alguna causa, motivo, razón o circunstancia el gobernador en turno tenía qué abandonar la entidad por algún lapso de tiempo, se solicitaba al congreso del estado el permiso correspondiente y se designaba a un encargado del despacho, responsabilidad que se le confería, por lo regular, al Secretario General de Gobierno.
Pero hete ahí que nuestro ínclito mandamás estatal se ha brincado todas las trancas y en claros retos al poder legislativo, se ha largado ya en varias ocasiones a visitar países europeos y africanos, bajo argumentos sumamente endebles, como son algunas supuestas “invitaciones” para participar en eventos a los que en realidad jamás ha sido invitado.
Una de las primeras salidas de este “viajero frecuente” fue a los Estados Unidos, quesque para participar en la Cumbre de las Américas, en junio del año pasado, pero le fue negado el acceso debido a que dicha reunión era sólo para presidentes y ministros de los distintos países participantes. Eso sí, se tomó fotos en el acceso, teniendo como fondo los banners del evento, para que se viera que había estado ahí, aunque no hubiera sido invitado.
Unos meses después, el aerogober se lanzó a la aventura europea, en una dizque “gira de trabajo”, misma que lo llevó a países como Italia, Francia y España, precisamente un mes antes de que se había inventado una participación en una Cumbre Climática en Egipto. Por cierto, en la gira europea visitó el mismísimo Vaticano y hasta consiguió la bendición del Papa Francisco y, además, el buen Samy cargó con parte de su familia… ¡Órale!
Y la última “aventurita de Pipo”…, perdón, del Samy, de la que acaba de regresar hace poco, fue su viaje a Davos, Suiza, al Foro Económico realizado a mediados de enero de este año, evento en el que sí podía estar, pero sólo como parte del público asistente, más no como invitado. ¡Ah!, y no podía faltar la foto como “evidencia de participación”, aunque si se analiza la fotografía, cualquiera se daría cuenta de que el pódium no tenía ni micrófonos ni los banners del evento. O sea, pura falsedad.
Y mientras nuestro “viajero frecuente” se daba gusto en el gasto de las giras, los asuntos del estado estaban frenados, el presupuesto de egresos no se aprobaba y tuvo que ser hasta su regreso que se hizo, sin que faltara la clásica “manita de puerco” de los legisladores, quienes al parecer pusieron al imberbe gobernador a sudar frío.
Los viajes van a seguir, eso no lo dude estimado lector. Y no estamos en contra de eso, sino más bien en contra de las formas en que se han dado cada uno de ellos. Es cierto que los poderes son independientes, pero nada le cuesta sujetarse a las reglas existentes, a los protocolos, porque un día se podría topar con una amarga sorpresa, como el ser removido de su cargo por “abandono” del mismo. Como dicen en mi rancho: que no le busque tres pies al gato, porque se los puede encontrar…