Por Osvaldo Serna Servín
Esta organización social nació hace poco más de cuatro años con la finalidad de apoyar a las familias más vulnerables, o a quienes solicitaran la ayuda.
En principio, se llevó a las colonias de municipios de la zona metropolitana y de los llamados periféricos las tradicionales brigadas para apoyar con consulta médica, asesoría jurídica, corte de cabello, podología, psicólogos y la lotería mexicana como forma de entretenimiento.
Se entregaron regalos, así como despensas, modestas, pero que al menos, contribuían a resolver una necesidad en su momento.
Se invitó a estudiar a los jóvenes y adultos en la universidad social, el Instituto Universitario Tecnológico de los Trabajadores (IUTT), se entregaban aparatos ortopédicos y se asesoraba en materia sindical.
Vino la pandemia y suspendimos las brigadas para evitar contagios. Enseguida ante la adversidad y el desplome económico, apoyamos a nuestros compañeros taxistas y del volante, con despensas y artículos de higiene.
Durante poco más de dos años de la pandemia entregamos despensas, alimentos básicos semanalmente en las colonias a las familias vulnerables. Un labor social, que para muchos que critican pero no actúan, significó el esfuerzo de un equipo de trabajo, de gente que también nos apoyó. Nunca dejamos a la gente.
Hoy seguimos con nuestra actividad, siempre cerca de la gente, son ya cuatro años y tres meses, y la organización crece exponencialmente, somos ya más de 25 mil agremiados, y vamos por más.
Seguimos en deuda con la gente, es el compromiso social del sindicalismo que nos inculcaron en familia mi padre Agustín Serna, mi madre Teresa Servín López, mi hermano Agustín Serna Servín. Un compromiso que adquirimos con gusto un servidor y mi hermano ya fallecido, Ramón Serna, quien realizó un formidable trabajo.
Gracias a todos los que han creído en las Asociaciones Vecinales, agradecimiento a quienes comparten lo que tienen con los más necesitados. Vamos adelante.