Raúl Guajardo Cantú

Hemos sostenido que las inversiones extranjeras en Nuevo León siempre son buenas noticias, generan ingresos, empleos y una mejora en el nivel de vida. Tesla sería una mega inversión, en total 10 mil millones de dólares de inversión directa y las inversiones que otras empresas proveedoras de la de Elon Musk sería algo histórico para el estado.

De ahí que no resulte extraño que otros estados peleen este tipo de inversión, es aquí donde tiene que verse de qué está hecho el gobernador, su capacidad para negociar, para atraer inversiones, donde se tiene que ver lo que hemos sostenido aquí, que sus viajes son buenos precisamente porque pueden traducirse en ventajas para Nuevo León.

También hemos señalado que al generarse conflictos al interior del estado se abre la puerta a que la federación aproveche la situación para llevar agua a su molino. Parece que eso está sucediendo en el tema de la deuda estatal.

Ahora resulta que una deuda avalada por la federación ha dejado de serlo, precisamente en momentos en que la propia federación ha asumido, o piensa asumir como propia la deuda de Pemex, mucho más voluminosa que la nuevoleonesa.

El gobernador, un político joven, con un recorrido importante en la política estatal y nacional, está siendo sometido a un curso intensivo de lo que es la política nacional, un curso intensivo que no tiene calificaciones como resultado, sino efectos en un estado como Nuevo León, líder económico del país, polo de atracción poblacional y, por supuesto, de inversiones extranjeras.

Estamos por ver los resultados.