Un hombre no llama a una línea torcida a menos que sepa lo que es una línea recta, escribía C.S. Lewis.

Y es que en nuestra propia necedad podemos distinguir que hemos echado a perder nuestra vida y culpar a Dios por ello, sin darnos cuenta que nuestras palabras nos acusan.

Pueblos enteros han perecido una y otra vez por falta de conocimiento, generaciones se han perdido porque se negaron a escoger la bendición sobre la maldición que Dios pone frente a cada uno de nosotros, teniendo al cielo y la tierra por testigos.

Y es que Dios ha revelado su poder invisible a través de todo lo visiblemente creado, de tal forma que no tenemos excusa para decir que no lo hemos visto.

Delante de nosotros está, como una bifurcación, la bendición y la maldición, y hay tanto amor del Padre en darnos el poder de decidir la bendición que lleva a la vida, y en dejarnos claro que la maldición traerá la muerte.

¿Qué escogeremos? 

Yo les aconsejo, a ustedes y a sus descendientes, que elijan la vida, y que amen a Dios y lo obedezcan siempre. De ustedes depende… 

¿Cree esto? Hable con Dios, lea la Biblia y descúbralo.  Solo la Verdad le hará verdaderamente libre.

Pr. 19:3 | Os. 4:6 | Dt. 30:14-20

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