Raúl Guajardo Cantú

Uno de los Derechos Humanos fundamentales es el de vivir una vida digna, que incluya las condiciones económicas necesarias, es cierto, pero también las condiciones del medio ambiente y las de seguridad, más cuando esta última es considerada por muchos de los nuevoleoneses el principal problema que enfrentan cotidianamente.

No es un problema que tenga una solución fácil, de ahí que sea necesario que la sociedad toda apoye la labor de los cuerpos policiales e instituciones dedicadas a brindarnos seguridad en este ámbito.

Así es que, sin ánimo de confrontación, consideramos que el hecho de que se diga hoy que en términos de muertes por cada 100 mil habitantes estamos mejor que en 2012 no debería ni siquiera de comentarse.

Lo decimos porque en una entrevista el secretario de Seguridad reclamó que no se deberían comparar las cifras totales, sino en los términos relativos y dijo, correctamente por lo demás, que había un error metodológico al hacer el comparativo entre 2012 y 2022 entre las cifras absolutas de homicidios.

El hecho, sin embargo, es que cada una de las muertes violentas constituye una tragedia para los familiares de los fallecidos, ni qué decir para quien pierde la vida, y creemos que ese debe ser el enfoque, que cada muerte debe ser tratada como una tragedia y no como aseguraba Stalin que “un muerto es una tragedia, un millón una estadística”.

No es momento de pelear por un muerto más o por una estadística bien o mal obtenida; como lo dijera Manuel Camacho al inicio de la insurrección zapatista, es momento de entender lo que está pasando y solucionarlo.

Es correcto que el secretario trate de dar seguridad de todo tipo, incluyendo la de mostrar que conoce el tema hasta con decimales, pero la sensibilidad humana que debe tener también resulta primordial.

Por lo demás, ya Mark Twain popularizó aquella frase de que “existen mentiras, malditas mentiras y estadísticas”, así que no peleemos por un punto decimal cuando hablamos de seres humanos y familias que han sufrido graves pérdidas.

Es por el bien de todos.