dom. Dic 22nd, 2024

Ixtoc Hinojosa Gándara

 Uno de los grandes baluartes de la transición democrática en nuestro país fue la creación de instituciones que defendieran la transparencia y rendición de cuentas en todos los niveles de gobierno, un gran impulsor de esto fue el desaparecido Alonso Lujambio. Antes de inicios de este siglo ni siquiera podíamos acceder a saber cuánto percibía como sueldo algún servidor público y ahora tenemos la libertad de conocer cuanto percibe, desde el Presidente de la República hasta el barrendero del pueblo más humilde de nuestro país, con la salvedad de instituciones de seguridad que cuentan para sí con la protección de estos datos para asegurar la seguridad de sus integrantes.

Quién no recuerda el famoso Toallagate en el sexenio de Vicente Fox, algunos gastos superfluos en tiempos de Calderón y no se diga de la famosa ¨casa blanca de Angélica Rivera¨ y la Estafa Maestra en tiempos de Peña Nieto. Aunque estos casos palidecen ante la inminente corrupta operación del CONASUPO de AMLO, Seguridad Alimentaria Mexicana mejor conocida como SEGALMEX, cuya operación fraudulenta y corrupta ronda ya los veinte mil millones de pesos. La transparencia es un gran instrumento aprovechado por los periodistas de investigación, de ahí han salido casos como los ventiladores vendidos a sobreprecio por el hijo de Bartlett.

Esta gran herramienta cuya columna vertebral es el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales, conocido coloquialmente como el INAI. El pleno de este consejo debe de estar formado por siete consejeras y consejeros que son nombrados por el Senado y posiblemente vetados por el presidente. En este momento el consejo de este instituto no puede sesionar, ya que para lo mismo debe de contar con al menos cinco consejeros y actualmente solo están en funciones cuatro, hay que mencionar que los últimos dos nombramientos fueros vetados por el Ejecutivo Federal, argumentando que era un acuerdo entre partidos, desconociendo que así funciona la política en la mayoría de las democracias modernas.

Para nadie es un secreto que el Presidente López Obrador es un enemigo de los organismos constitucionalmente autónomos como el INE, el INAI y la Comisión Federal de Competencia Económica. Estas instituciones existen para ser un contrapeso del poder presidencial, habremos de defenderlas.

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