Por Salvador Hernández LANDEROS
Una denuncia de valiente ciudadano, víctima de secuestro exprés por elementos de Fuerza Civil, evidenció la corrupción policial que dejó Aldo Fasci.
Aunque Gerardo Palacios Pámanes escudó el pasado con el argumento de que “no hay datos para asegurar su implicación en otros delitos”, la FGE investiga.
Y para ello, faramalló con su mensaje: “Mientras yo esté aquí, vamos hacer lo correcto, y mientras yo esté aquí, lo que le espera a un policía estatal corrupto es una cama de piedra en el penal” (sic).
Fueron 8 elementos activos de FC que, a bordo de dos patrullas oficiales, en complicidad con 4 falsos ministeriales, cobraron $130 mil por liberar a la víctima.
Para otros policías no corruptos, que sí los hay en la corporación, ese secuestro no puede ser “flor de un día”, lo que indica que podría haber otras víctimas.
Lo bueno es que ese corrupto hecho se solucionó por la eficacia y capacidad de los investigadores ministeriales, pese a que la Fiscalía está acéfala hace meses.
Por ello, siendo un caso que no quedará impune, el gobernador no se subió a las redes sociales a “cacarear el huevo” y echarle tierra al “El Bronco”.
Y todo por una sencilla razón. De los policías plagiarios, el que menos tiempo tenía como efectivo, es de 4 años, dado de alta por el ahora vocero Aldo Fasci.
El plagio ocurrió el 2 de febrero del presente año en terrenos del municipio de Apodaca. La víctima denunció y los ministeriales se pusieron a investigar.
El secretario Palacios Pámanes, atribuyó la solución del caso al software de monitoreo para detectar las dos patrullas que se salieron de su zona esa fecha.
Pero ello fue a solicitud de los ministeriales que investigaban la denuncia de la víctima, si no, el caso hubiera quedado en el olvido, tal vez, como en otros.