Gerson Gómez
Representan el paradigma de la belleza efímera. Sus logros son la verborrea. El impacto elegante de quienes desconocen hasta los enunciados básicos. Asisten a reuniones fashionistas. Atraviesan oficinas de menor valor. La muestra son botones de informalidad e ignorancia. Samuel no ejerce el poder sino la atención del chamaco alegre. Entrón bizantino, pierde todas las batallas interiores. La figura de su mujer, doña Mariana, le ofrece pases de salida. Ya no son visitas al antro con sus amigos. Ofrece a cambio, la sociedad obrera de Nuevo León. Exenciones de impuestos estatales y locales. Hasta ahí. Los big sharks simulan atención. La mayoría, por encima del Canciller Ken Salazar, le sacan la vuelta. Aún en Nuevo León, hay resistencia para asistir a las ruedas de prensa. Deben llenarle el auditorio. Le elijen cada uno de los asientos a los lados. Desde el presídium, el maestro de ceremonia lo acerca a la visibilidad. Los lentes de los fotoperiodistas captan la escena soñada. La vida en rosa. Vive mejor la familia pequeña. Cada líder social y secretario con cartera más, no con derecho de picaporte, esperan la mirada del patrón. La adoración del seguidor. Aplausos, aplausos, aplausos. El escapismo multiplicado. En la segunda línea, a lo lejos, la emproblemada secretaria de participación Ximena Peredo, a lo lejos, conocen la franja de la caída libre. Amparada para no ser despedida, Ximena está de frente contra sí misma. De eso sonríe agobiada, con poco interés. Es parte del sistema contra cual combatió. Ya Samuel, el gobernador modelo de la familia ejemplar y la retórica de la disconformidad de la vida, la va relegando. Ximena lo intuye. La regla no escrita de una caída anticipada. sonico2@hotmail.com