Gerson Gómez

Apremia el tiempo de la flaca caballada. Le apuestan al palomeo presidencial. Quien manda en la encuesta es Andrés Manuel. MORENA es el PRI 2.0. Usa las mismas prácticas del ogro filantrópico descrito por Octavio Paz. Da y quita. Claudia Sheinbaum representa las neo políticas de la invisible izquierda. El fogueo en la ciudad de México es el mejor comprobante de actualidad. Ni Marcelo ni Adán, en el 2023, manejan tanta presión. Cada uno de sus colaboradores, de sus ejecitos humanos, en el papel de servidores de la nación y de la gobernadora de la capital. Solo a Claudia le endulza el oído las estructuras electorales en el interior del país, donde no es conocida. Su rostro ahora feminizado, tan próximo a la vida académica y tan desconocido, pero muy recorrido, de la política. Visitar los estados de provincia. Rascar a las lideresas de colonias populares. Convocar a la polémica y la adhesión de los días. Ya es tiempo de una mujer presidenta. Lo dice en el entarimado. El lenguaje corporal la muestra frágil. Timbre de voz por debajo, incluso de quien está moribundo. Claudia les cree, de buena fe, a todos sus cercanos. Los premia con el encandilamiento de un proyecto de nación regido por mujeres. Encuentra en la ex alcaldesa y líder consorte de Abel Guerra, la señora Clara Luz Flores, ya participante en el gobierno federal, una aliada para la batalla por venir. Clara Luz ya comprometió toda la zona de Nuevo León, de la mano de la fracción disidente del PRI en Nuevo León. Es Claudia refleja la invención de un personaje anodino. Es Clara, es Abel, es Enríquez, es Gutiérrez, son todos los desplazados de Adrián de la Garza y Francisco Cienfuegos, pero más, los malqueridos de Alejandro Moreno. sonico2@hotmail.com