Óscar Tamez Rodríguez
Recientemente tuve una conversación con amigos periodistas. Surge el tema de los partidos y sus militantes, mi comentario fue que estos institutos no cuentan con legitimidad social y por ello, que cada vez son más las voces quienes claman por candidatos sin partido o ciudadanos.
En el país hay siete partidos nacionales, encabeza la lista el más antiguo: el PAN surgido en 1939, esto porque el PRI cambió su nombre en 1946 y su registro oficial lo ubica en segundo lugar de antigüedad.
Los dos partidos más jóvenes son Morena, seguido por MC.
Según la legislación vigente un partido se registra previo a una elección federal presidencial, contiende en esa elección y para sobrevivir debe mantener al menos el 0.26% del padrón electoral federal utilizado en la elección inmediata anterior; en su caso debe tener al menos 3,000 militantes distribuidos en 20 entidades federativas o 300 militantes en al menos 200 de los de los 300 distritos federales existentes.
Los partidos políticos actuales cumplen con el requisito de alcanzar el 0.26% de votos en la elección previa y cuentan con los militantes por estado o distritos federales.
La legislación cambió cuando el país perfeccionó sus mecanismos democráticos, se prohibieron los registros masivos, gremiales o colectivos de militantes en los partidos, esto acabó con el mito de los millones de militantes del PRI.
Recuerdo en la elección del 2015 a una reunión llegó un representante de algún sindicato estatal, presumía tener un millón de afiliados para uno de los partidos políticos. Me hizo recordar cuando se pasaban las listas fotocopiadas de burócratas y obreros para validar la militancia partidista.
Hoy la afiliación es personal y voluntaria lo que merma la cantidad de partidistas existentes. Agregue a ello, el desencanto de los ciudadanos con los partidos, la falta de correspondencia al momento de considerar perfiles para cargos de elección o administrativos, donde excluyen a Juan “Pueblo”.
Los partidos no tienen legitimación ciudadana, son despreciados por la ciudadanía y a pesar de esto, de entre ellos saldrá el próximo presidente en 2024 pues es casi imposible ser candidato independiente ganador.
Según datos del INE en su portal www.ine.mx, un partido político debe tener al menos 233,945 militantes para que pueda mantener su registro. Así, el PAN tiene 252,140; el PRI 2,065,161; el PRD 1,242,410; PT 448,492; Verde ecologista 660,874; Movimiento Ciudadano 381,735 y Morena 466,931 militantes totales en el país, esto con datos al reporte 2020.
Como se puede observar, el número de militantes no es proporcional a la representación en el poder legislativo o en los poderes ejecutivos federal, estatales o municipales; es decir, tener más o menos militancia no es sinónimo de algún tipo de resultado electoral.
El PRI tiene el mayor número de afiliados, a pesar de ello ocupa un lejano tercer lugar electoral en el Congreso y apenas conserva dos gubernaturas.
El PRD tiene la segunda más abultada membresía y se percibe que puede perder su registro en las próximas elecciones, en contraparte Morena se ubica en la mitad de la tabla y es el partido con más éxitos electorales en los recientes seis años. El PAN tiene la más baja militancia y ocupa el segundo lugar en resultados electorales.
Todo indica que los ciudadanos no simpatizan con los partidos y que en las elecciones deben elegir; no lo que quieren, sino lo que creen mejor de entre lo que ofrecen.
¿Será tiempo de abstención o anulación de voto si los partidos no voltean a ver candidatos ciudadanos en el 2024?