“La salud no lo es todo pero sin ella, todo lo demás es nada” Arthur Schopenhauer.
Teresa Sepúlveda
Primero se dijo que el presidente sufrió un desmayo en Yucatán y tuvo que ser trasladado para recibir atención inmediata; más tarde anunció en sus redes sociales que se había contagiado de Covid 19.
“Ni modo, amigas y amigos: salí positivo a COVID-19. No es grave. Mi corazón está al 100 y como tuve que suspender la gira, estoy en la Ciudad de México y de lejitos festejo los 16 años de Jesús Ernesto. Me guardaré unos días. Adán Augusto López Hernández encabezará las mañaneras. Nos vemos pronto”.
El vocero de la presidencia, Jesús Ramírez, minutos antes había ocultado la información del estado de salud del mandatario, diciendo a un reportero que su gira por Yucatán continuaría con normalidad. Denotando que están acostumbrados a ocultar información relevante al pueblo de México o bien, que no tienen coordinación eficiente en temas de comunicación.
Ya en la mañanera estando Adán Augusto al frente, descartó el desmayo y el traslado de emergencia.
La enfermedad de AMLO provocó reacciones extremas, por un lado sus simpatizantes inundaron las redes de buenos deseos y hubo quienes comenzaron a subir estampitas e imágenes religiosas pidiendo por la recuperación de AMLO; y por el otro, algunos de sus más severos detractores mostraron su mala entraña, deseando incluso hasta su muerte.
El anuncio del contagio de COVID-19 resultó algo extraño porque se pensaba que ya se había domado la pandemia, por lo menos en NL así se anunció hace meses, pero al parecer hay por lo menos cinco estados en la república con una buena cantidad de contagios.
El 24 de enero del 2021 López Obrador pasó por un evento similar. Confirmó en sus redes sociales que dio positivo a COVID-19, después de una gira de trabajo por Nuevo León.
En esa ocasión twitter lanzó una advertencia a los usuarios que despotricaban contra el presidente “nuestra política contra el comportamiento abusivo señala, entre otras cosas, que no toleramos contenido que promueva, incite o exprese el deseo o esperanza de que una persona o grupo de personas mueran”.
El 10 de enero del 2022 AMLO también se enfermó de COVID-19; en esta ocasión afirmó que se mantendría en aislamiento pero realizando trabajo de oficina y comunicándose de manera virtual hasta salir adelante.
Cabe señalar que Guacamaya Leaks reveló en 2022 que el Ejército trasladó a AMLO al Hospital Militar por una “angina inestable de riesgo alto”.
El asunto es preocupante porque López Obrador es hipertenso y en 2013 sufrió un infarto. Su salud no es un tema menor, por el contrario, es de interés nacional, por lo cual para evitar especulaciones, es necesario que se hable del tema con honestidad y con el cuidado que requiere.
Lo cierto es que ha quedado claro que en la gran polarización que alimentó Adrés Manuel, solo hay dos sopas, los que lo aman y los que lo odian. Los que lo quieren con vida y los que lo quieren ver muerto.
Yo los invito a que elevemos el nivel, cuidemos las formas, respetemos a las personas, y sigamos debatiendo ideas.