De acuerdo con datos de Crunchbase, en América Latina, después de un pico considerable de inversión de capital de riesgo—VC por sus siglas en inglés—a lo largo de 2021, el año pasado se vio una reducción de 79% a lo largo de los meses. La mayoría de esas inversiones se dieron en etapas tempranas y tardías de las empresas; sin embargo, a pesar de las tendencias predominantes, hubo un aumento de inyección de capital semilla (seed) en startups en plena incubación.
“En México y América Latina, el Venture Capital se encuentra en una etapa de crecimiento. Aunque todavía hay un largo camino por recorrer para alcanzar los niveles de inversión de los países más desarrollados, ha habido avances significativos en los últimos años. Los fondos de VC en la región se enfocan principalmente en apoyar a las empresas emergentes y emprendedores más innovadores que contribuyan al desarrollo económico de la región”, explica Álvaro Madrigal, CEO y Cofounder de Mi Compa, insurtech especializada en seguros de auto.
Más allá del dinero
Los fondos de VC buscan empresas que tengan un potencial significativo de crecimiento y rentabilidad. Sin embargo, también buscan startups alineadas con criterios de gobierno ambiental, social y corporativo (ESG por sus siglas en inglés) o literal con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (ODS).
De acuerdo con el reporte Inversiones de Impacto de KMP, las inversiones de impacto, es decir, las que se destinan a empresas que atienden problemas sociales y/o ambientales, están inclinando la balanza de las inversiones, particularmente cuando se trata de empresas de reciente creación y que están captando capital semilla. Según este estudio de 1 mil 500 transacciones, se encontró que aquellas que incorporaron elementos de impacto en su estrategia mostraron múltiplos de valor 14 % mayores.
Tanto los inversionistas como los consumidores están demandando cada vez más que las empresas tomen en cuenta aspectos ambientales y sociales en sus modelos de negocio. Como resultado, esas compañías que cumplan con criterios ESG o persigan los ODS son cada vez más atractivas para los fondos de capital de riesgo.
“Los criterios ESG y los objetivos de desarrollo sostenible son importantes porque los inversionistas quieren apoyar a empresas que operen de manera ética y responsable. Las empresas que siguen estos criterios son vistas como más sostenibles y tienen una mejor imagen entre los miembros de su comunidad y el colectivo de las industrias a las que pertenecen. Además, no es fortuito que las empresas que operan de manera responsable a menudo sean las más eficientes y rentables en el largo plazo”, señala Madrigal.