Ananías había escuchado de aquel que respiraba amenazas y muerte contra los que como él creían que Jesús era el Cristo, sin embargo recibió una instrucción de lo Alto:  Ve, porque instrumento escogido me es este, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel.

Dios suele usar lo vil y menospreciado para mostrar Su misericordia y poder.

Lo que el mundo ve como algo imposible, para Dios es un instrumento escogido para grandes cosas que preparó de antemano para que las llevara a cabo.

Muchos mendigos, viciosos, prostitutas, endemoniados, enfermos y aún muertos, se han levantado como Saulo de Tarso, o como “El Ruso” que inspiró la canción de Santiago Benavides.

Y es que la mirada de Jesús hacia el que está muerto en delitos y pecados no es acusatoria, sino llena de compasión y amor, porque Él no ve la inmundicia que nos rodea sino el propósito que está dentro de cada uno de los que el Padre creó.

A Jesús le complacía sentarse a comer con los marginados para avergonzar a aquellos que se creían demasiado, para que el mundo entendiera que donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia.

Dios eligió a los que, desde el punto de vista humano, son débiles, despreciables y de poca importancia, para que los que se creen muy importantes se den cuenta de que en realidad no lo son.

Él no vino por los justos, sino por los pecadores para que con un corazón arrepentido pudieran vivir diferente. No hay pecado que Jesús no pueda perdonar. No hay persona que Dios no quiera usar.

¿Crees esto? Habla con Dios, lee la Biblia y descúbrelo.  Solo la Verdad nos hará verdaderamente libres.

Hch. 9 | 1 Cor. 1:28 | Rm. 5:20 | Ef. 2:10

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