El síndrome SAPO, es poco conocido, pero puede tener un gran impacto en las dinámicas y metas de crecimiento de una empresa. Se trata de cuatro actitudes que pueden desestabilizar el clima laboral: Soberbia, Arrogancia, Prepotencia y Obstinación.
“Son conductas que muchas veces generan inestabilidad en las empresas, ya que repercuten en la productividad e incluso en el desarrollo profesional y personal del equipo. Es un síndrome que suele presentarse en todos los niveles, desde directivos hasta colaboradores”, indica Saskia de Winter, socia fundadora y Directora General de Saskia de Winter Training, firma de capacitación empresarial e individual.
Explica que un colaborador con este síndrome suele convertirse en víctima del autosabotaje. Saskia de Winter apunta cuáles son las características de quienes lo padecen:
Soberbia
“Si tuviera que reconocer mis fallas lo haría, siempre y cuando las tuviera”, este tipo de respuestas se relacionan con el colaborador que generalmente suele creer que siempre tiene la razón, por lo cual le resulta imposible admitir errores u ofrecer disculpas.
Arrogancia
Este comportamiento se destaca por mostrar una actitud en la que suele menospreciar la labor de los demás, debido a que pueden tener un ego elevado y sentirse superiores al resto del equipo. Una constante actitud de este tipo puede provocar división entre el equipo, ya que los demás colaboradores difícilmente sentirán confianza de acercarse a entablar un diálogo.
Prepotencia
Se manifiesta cuando un colaborador presume constantemente su poder y trata de sacar ventaja de alguna forma, afectando a todos los integrantes del equipo. Podría decirse que este comportamiento conlleva hacia una actitud arrogante.
“La prepotencia puede desencadenar conflictos graves. Quienes padecen el síndrome SAPO suelen manifestar actos de intimidación, arbitrariedad y temor para controlar a los demás”, argumenta Saskia de Winter.
Obstinación
Este aspecto se relaciona con un cúmulo de las tres actitudes antes mencionadas, ya que la obstinación es el fiel reflejo de alguien inflexible en todo sentido.
Saskia de Winter Training refiere que para acabar con este síndrome las empresas pueden:
1. Fomentar la creatividad, iniciativa y el trabajo en equipo.
2. Implementar planes de cuidado al ambiente laboral, donde se involucren todos los colaboradores.
3. Mantener capacitaciones constantes en soft skills como comunicación asertiva y escucha efectiva.
4. Cuidar de la salud mental de los colaboradores de la mano de expertos.