Cosas del Tony
Por: Antonio Sánchez R.
Las salidas, los cambios, las defecciones y aun, las traiciones, se han convertido en el “pan de cada día” de la política mexicana, misma que a su vez, se ha transformado en las últimas décadas, pasando de ser una actividad seria y de respeto, a un “show” de vodevil y hasta de carpa populachera.
Hay actores de la política que se han caracterizado por las muy diversas “cualidades” que se les han detectado y que han sido factor principal para que cobren fama y “fortuna” en tanto se han mantenido en las “listas” de los candidateables a puestos de elección popular o, en su defecto, aspirantes a cualquier puesto en los distintos niveles de gobierno.
Y no hablo nada más de los “cuadros” importantes de un determinado partido, no señor. Ya he comentado aquí mismo que, según opinión generalizada, TODOS los políticos están cortados con la MISMA tijera y en TODOS los partidos hay gente que navega con una cierta “banderita” para sacar “raja” de donde se pueda.
Pero cuando el “encanto” se acaba y declina la “estrella” de uno de esos que antes estaba en las “alturas”, ¿cuál es la reacción o la acción que toman algunos de ellos? A la fácil: renuncian al partido que los llevó al “estrellato” y, por ende, a las altas nóminas, a la “lana” a raudales, lo cual les produjo pingües beneficios y una determinada posición social y económica.
Dejar atrás toda una vida de militancia, fructífera por cierto, para ir a engrosar las filas de los desempleados de la política y postulables para cualquiera de los partidos sin rumbo y sin futuro, en verdad que no tiene congruencia, por más que pregonen que se cansaron de tener la “pata en el cogote”.
Renunciar a una vida como la que llevaron, es tanto o más grave que una traición y es sabido que “quien traiciona una vez, traiciona dos veces”. Bueno, hay políticos acomodaticios a los que no les da pena postularse hoy por un partido, mañana por otro y pasado mañana por otro más.
Hay algunos que, como jugadores de futbol que han recorrido casi todos los equipos, también ellos han sido “representantes” de casi todos los partidos. Nada más les falta ser postulados por el PUP, pero no lo hacen porque me imagino que no encajan en él, pues los correrían, por p… rofesionales.
Pero fíjese, estimado lector, cómo la visión de un político cambia a su salida del partido en el que estuvo antes. Cuando estaba en “Jauja”, todo era maravilloso, pero cuando el cuerno de la abundancia se le cierra y abandona el barco (como las ratas), su opinión se transforma radicalmente y habla de corrupción y mil y un defectos que antes no había vi$to.
Pero el colmo de todo esto es que, si ese mismo político fue tachado de ladrón o corrupto, cuando sale y se va a las filas de otro partido, se registra una “purificación” política inmediata, como cuando vas y te confiesas y sales del confesionario con la fe ciega en que todos tus pecados han sido perdonados.
Hay, inclusive, “juniors” de la política que heredaron fortunas mal habidas por sus corruptos progenitores y que ahora, le dan de patadas al pesebre y al mismo tiempo, se dan ellos mismos “golpes de pecho” y lanzan dardos envenenados y epítetos de los cuales ellos mismos no se salvan, porque lo llevan en su esencia, simplemente por herencia.