Una de las cosas más confrontadoras para el soldado de Cristo es querer salir a la batalla y deber quedarse a cuidar el bagaje.

El bagaje no sólo representa una carga de equipaje, muchas veces también son las costumbres y tradiciones pero otras son las posesiones más preciadas de nuestras familias e incluso, nuestros hogares.

David, antes de ser coronado rey estableció entre su ejército que tanto el que sale a la batalla como el que se queda a cuidar las posesiones, los ancianos, los enfermos, las mujeres y los niños, merece el mismo botín.

Churchill preguntó una vez a quienes menospreciaron el valor de la cultura en tiempo de guerra: “-¿entonces para qué estamos peleando?-”

Salir a pelear por el propósito y bienestar común tiene mérito, quedarse pelear por mantenerlo, también.

Quedarse atrás no es denigrante, es resistir. Resiste, que si no fuera valioso, Dios no te hubiera llamado a hacerlo.

Mi reconocimiento a quienes se quedaron atrás y velaron por la seguridad del indefenso rebaño cuando el Buen Pastor dejó a las 99 para ir por mí.

Ahora resisto, porque ha salido, porque no podemos continuar sin ti.

¿Crees esto? Habla con Dios, lee la Biblia y descúbrelo.  Solo la Verdad nos hará verdaderamente libres.

1 S. 30:21-25 | Lc. 15:3-7

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